El primer domingo de mayo volvió ayer a reunir a cientos de cordobeses en la celebración de la Romería de Linares, un evento en el que los peñistas cerraron el ciclo romero del 2015 arropados por autoridades de la ciudad, ciudadanos que acudieron al santuario a pie o en sus vehículos y algunos vecinos de la zona. La jornada se desarrolló en un ambiente festivo marcado por los cantes y el colorido de las carrozas. De nuevo, los asistentes se distribuyeron por la zona disfrutando de la naturaleza a la hora del almuerzo, y dejaron traslucir una menor afluencia a la explanada del santuario respecto a otras ediciones.

La romería comenzó a las 8.00 horas en la Mezquita Catedral, donde el hermano mayor, Marcelino Barrena, otros miembros de la junta de gobierno y el consiliario de la hermandad, Antonio Gil, rezaron una oración antes de acudir a República Argentina para realizar la salida. Este año, la ausencia de los tradicionales cohetes marcó la diferencia respecto a ediciones anteriores y Barrena explicó que la junta decidió suspenderlos debido a la crisis económica. "A las hermandades nos ha pillado también la crisis y sería una indecencia gastar el dinero en cohetes", precisó Barrena, aclarando que tienen un coste de unos 350 euros.

Fuentes consultadas por este periódico apuntaron que se había roto una tradición de décadas, por la que la romería comenzaba a las 6.00 horas con una tirada de cohetes en la plaza de Santa Teresa que conducía a la vivienda de la romera mayor para, desde ahí, acudir al punto de encuentro con las carrozas. También fue significativa la ausencia de caballistas en la salida (al menos, a primera vista), aunque fuentes de la organización destacaron que estos se irían incorporando en el camino hacia el santuario, como, de hecho, pudo observarse luego.

Marcelino Barrena recordó que Linares es la hermandad más antigua de Córdoba (data del siglo XIII) por lo que, al realizar la romería "aparte de orgullo, te sientes bien pero también pasas malos ratos". En cuanto al apoyo que han recibido para esta actividad, subrayó las aportaciones de la Diputación provincial, el Ayuntamiento de Córdoba y "el Cabildo de la Catedral, principalmente".

PARTICIPANTES El presidente de la Federación de Peñas Cordobesas, Francisco Castillero, destacó el recorrido de esta romería --con la que "cruzamos todo el centro" a diferencia de la de Santo Domingo, matizó-- y apuntó que gracias a esta ruta la pueden disfrutar muchas personas incluso desde sus balcones. En cuanto al trabajo que se inicia después de la subida al santuario, Castillero avanzó que "ahora iremos a El Arenal, a montar la caseta".

En la cabecera de la comitiva se encontraban la delegada de Fiestas y Tradiciones populares en el Ayuntamiento de Córdoba, Amelia Caracuel; el concejal de Urbanismo, Luis Martín, y la responsable municipal de Infraestructuras, Laura Ruiz. Unos momentos antes de iniciar el camino, Martín puso de relieve el significado de esta romería, abundando en que "creo que se trata de la más antigua de España", y avanzó que marchaban hacia el santuario para pedir "por la ciudad de Córdoba". Por su parte, Caracuel afirmó que "se ha dado un impulso muy importante a nuestras fiestas y nuestras tradiciones", ya que "se ha sabido gestionar los recursos económicos y también el capital humano, que es el mayor que tienen".

Una vez en Linares, y finalizada la misa oficiada por Tomás Pajuelo, párroco de Beato Alvaro de Córdoba, el alcalde de la ciudad, José Antonio Nieto, valoró que "con mucho esfuerzo, la hermandad está consiguiendo que se mantenga una tradición de muchas décadas, de siglos", y reconoció también el trabajo de las peñas. En el lugar se encontraban otros concejales del gobierno local y miembros de los grupos de la oposición como Rafael Gómez, líder de UCOR, y Emilio Aumente, portavoz de los socialistas en el Consistorio.