Si alguien tiene por costumbre colarse en su vehículo por las zonas Acire del centro (Valladares, San Miguel y Alfaros-San Pablo) aprovechando las horas de carga y descarga en las que el acceso es libre, a partir del mes de septiembre tendrá que dejar de hacerlo o pagar la multa correspondiente.

Residentes y colegiales

Cuando las vacaciones de verano acaben, solo los residentes, que tienen acceso habitual, y aquellos que tengan necesidad de dejar en el colegio a sus hijos pequeños podrán hacerlo, para lo cual deberán disponer de la correspondiente tarjeta Acire que les autorizará a llegar al centro a través de uno de los accesos de 8.30 a 9.30, para la entrega, y a la hora de recogida, de 13.45 a 15.30 horas.

El Ayuntamiento deberá dispensar esta tarjeta, en la que habitualmente se identifica la matrícula de un vehículo por familia, en función de la información que los centros faciliten, ya que serán los colegios de la zona quienes corroboren que se trata de padres con menores matriculados.

Infantil y Primaria

Este es el sistema que ha ideado el Ayuntamiento para limitar aún más el tráfico en el centro y que, según el concejal del ramo, Andrés Pino, se pondrá en marcha al inicio del curso escolar. El área de movilidad lleva varios meses estudiando el tema y reuniéndose con los responsables de los colegios y padres afectados para conocer sus necesidades reales, por lo que se espera que, lejos de plantear dificultades, facilite el acceso a quienes realmente lo necesitan. En principio, la autorización se concederá solo a los padres con niños de Infantil y primeros cursos de Primaria.

El resto deberá hacer uso del transporte público, el transporte escolar o ir a pie desde Ronda de los Tejares o La Victoria, donde está previsto habilitar una zona específica de aparcamientos para este fin.

La idea es reforzar los caminos escolares seguros y habilitar nuevos caminos el próximo año para que el mayor número de familias opten por acompañar a pie a los niños al colegio y dejen el coche en casa. También se prevé que los autobuses grandes dejen de circular por el centro el próximo curso y que en su lugar den servicio microbuses o que se habilite un número mayor de monitores encargados de acompañar a los escolares desde el autobús a su centro.

Carga y descarga

Además de los padres que tengan hijos escolarizados en los colegios del centro, la mayoría colegios concertados de Escuelas Católicas, deberán estar alerta a los cambios quienes realizan carga y descarga en establecimientos de la zona, ya que el tiempo del que dispondrán para hacer su trabajo se reducirá en el tramo de la mañana. Si ahora se permitía entrar vehículos para este fin entre las 7 y las 11 horas, a partir del 11 de septiembre solo podrán atravesar las entradas de zona Acire 3, 7 y DC entre las 7 y las 8.15 horas y entre las 9.15 y las 11.30 horas. Entre las 8.15 y las 9.15 horas (tramo establecido exclusivamente para el tránsito escolar, transporte público y residentes) se activará la cámara correspondiente para controlar que solo entren los vehículos autorizados.

María Cristina, peatonal

El objetivo del Ayuntamiento es restringir al máximo el tráfico rodado por el centro y que la calle María Cristina quede lo antes posible para tránsito exclusivamente peatonal. Para ello, el área que dirige Andrés Pino, según ha venido informando este periódico, tiene previsto poner en marcha una segunda fase en la que invertirá la circulación del eje San Álvaro y Caño. Así, un lateral de Las Tendillas, San Álvaro, Ramírez de Arellano, Chirinos y Caño cambiarán de sentido y un semáforo será el encargado de ordenar la salida de los vehículos en dirección a Ronda de los Tejares. Aún no está claro si la calle Caño se verá afectada por este cambio o si se quedará tal cual para que la salida sea por Osario. En esta fase, se invertirá además el sentido del otro lateral de Las Tendillas y de las calles Málaga, Sevilla, Leopoldo de Austria y que Valladares (aún está por ver) actúe de salida. Los cabos sueltos del plan deberán concretarse a partir del mes de septiembre, cuando la primera fase, que servirá como prueba, eche a andar y deje ver necesidades o situaciones aún por definir.