El Ayuntamiento de Córdoba ha desvelado esta semana sus planes con Capitulares, una calle que está a punto de verse inmersa en una transformación comparable a la que experimentó Cruz Conde o la Ribera. Primero fue a los vecinos del distrito Centro, que, en principio, no han puesto muchas objeciones -los comerciantes, tampoco-. Después, a los periodistas. La consecuencia práctica de los cambios que se avecinan es que el centro ganará en superficie peatonal, aumentando el área de circulación restringida, que se extenderá a Alfaros, en cuyo inicio se colocará la cámara de San Fernando, a Claudio Marcelo, Diego de León y Alfonso XIII, además de a todo el entorno de Carbonell y Morand. De esa manera, el corazón del centro quedará blindado al vehículo privado, con la excepción del que se adentre en la zona por Valladares para acceder al aparcamiento público de la calle Sevilla. Solo transporte público, residentes o cualquier otro conductor con autorización podrá entrar por Alfaros sin miedo a multa. Entre las tres fases previstas, hay medio centenar de calles del centro que se verán afectadas.

Desde julio, dos meses sin transporte público

El plan turístico firmado hace dos años entre Junta y Ayuntamiento, y pendiente aún de prórroga, es el responsable de todos estos cambios, ya que incluye un proyecto, el de remodelación del entorno del Templo Romano, que afecta directamente a la calle Capitulares. La obra está en concurso y pendiente de adjudicación, paso que se espera en los próximos días, lo que, de cumplirse los plazos previstos, permitirá su inicio a mitad de julio. Cuando empiecen los trabajos, el Ayuntamiento pondrá en marcha la primera fase de su plan, la más complicada, porque deja totalmente sin tráfico el cinturón que rodea a Capitulares, lo que repercutirá en todo tipo de vehículos. Ni residentes, ni taxis, ni autobuses podrán circular, ya que las dos esquinas de la calle estarán levantadas. El Ayuntamiento tiene que dar a conocer aún los desvíos que sufrirán las líneas 1 (Fátima-Claudio Marcelo), 3 (Albaida-Renfe-Fuensanta), 7 (Cañero-Ciudad Jardín-Zoco) y 13 (Naranjo-Capitulares-Sector Sur) y si finalmente se acercará a la zona el microbús.

Tráfico hacia la Mezquita y Alfaros, con doble sentido

Desde que empiecen las obras, Claudio Marcelo, Diego de León y Alfonso XIII cambiarán el sentido de circulación, por lo que por la conocida también como calle Nueva ya no se subirá, sino que se bajará. En esa primera fase habrá dos cambios significativos. Por un lado, los vehículos que desciendas por Claudio Marcelo tendrán que dirigirse necesariamente a Ambrosio de Morales, donde entrarán en un itinerario de calles estrechas que los conducirán a una esquina de la Mezquita. Esa ruta estará limitada a vehículos con ancho inferior a 1,80 metros, por lo que no todos podrán entrar. Por otro lado, por Alfaros aún se podrá circular libremente pero con rumbo a Juan Rufo para salir hacia Santa Marina, ya que la calle estará cortada en la confluencia con Capitulares. El tramo de Alfaros entre Juan Rufo y Capitulares será abierto, pero de doble sentido, mientras que en San Pablo ocurrirá lo mismo pero la circulación estará limitada a los vehículos autorizados. Para facilitar accesos y salidas, las cámaras y zonas acire se desactivarán y se podrá acceder libremente por Duque de Fernán Ñúnez, Caño y Gutiérrez de los Ríos, mientras que en el entorno de La Corredera se invertirá el sentido de las calles. El Ayuntamiento negociará con el contratista para agilizar al máximo esta fase y habilitar pasillos laterales en Capitulares.

Desde septiembre, la etapa más duradera

El Ayuntamiento quiere que la segunda fase empiece antes de la apertura del curso, para que los autobuses de Aucorsa y escolares vuelvan a circular, ya que en esta etapa la obra se trasladará a la parte central de la calle. Las claves de esta fase son que habrá acceso libre desde Alfaros y salidas permitidas por San Fernando y Carbonell y Morand, aunque San Pablo, que recuperará su único sentido, seguirá restringido. Otra novedad será que por García Lovera se podrá circular y que en Alfonso XIII habrá un tramo pequeño de doble sentido regulado por semáforos. Además, la parada de autobuses de Claudio Marcelo se trasladará al otro lado de la calle y se habrá remodelado la esquina de San Pablo con Alfaros para que los autobuses suban por Alfonso XIII.

De simple calle, a una gran plaza para el paseo

La intervención se limita a 3.075 metros cuadrados, aunque el plan turístico prevé actuaciones complementarias en Claudio Marcelo, Espartería y Diario de Córdoba, no incluidas en este proyecto y que tendrán que esperar. Además, está pendiente otro proyecto, que sí se va a acometer, aunque aún está sin licitar, que afecta al Templo Romano. Con las obras, el espacio dedicado a viario se reducirá y se quedará en un solo carril con preferencia peatonal y límite de velocidad a 10 kilómetros por hora. Capitulares será como una gran plaza peatonal en la que solo sobresaldrá, aunque más levemente que ahora, la escalinata del Ayuntamiento, que quedará integrada en el nuevo pavimento.

Desde febrero, aspecto nuevo y con menos tráfico

A partir de febrero del año que viene, a Alfaros, controlada ya por cámara, solo podrán entrar transporte público y vehículos autorizados. Capitulares tendrá entonces un doble sentido controlado por semáforos, que permitirá circular a taxis y autobuses (líneas 3, 7 y 12) hacia San Fernando, y a los residentes hacia la parte Norte para salir por Carbonell y Morand. La línea 1 podrá seguir subiendo por San Pablo para dirigirse a Alfonso XIII. Todo el entorno de Capitulares, con Alfaros, Juan Rufo, San Pablo, Pedro López, Fernando Colón, Maese Luis, San Fernando, Claudio Marcelo, Diego de León y Alfonso XIII quedará restringido. Además, Carbonell y Morand, Cardenal Toledo, Ramírez de las Casas Deza, Teniente Albornoz, Torres Cabrera y Julio Burell tendrán también circulación limitada. De esa forma, el Ayuntamiento espera reducir un 80% el tráfico en Capitulares, un 40% en Alfaros y un 50% en Carbonell y Morand. La responsable de Movilidad, María José Moros, ya ha avisado de que el cambio es definitivo pero no inamovible y que no se descarta una mayor peatonalización en un futuro. H