O hay reparto, o hay conflicto». Mensaje claro y contundente de los sindicatos UGT y CCOO en todas las capitales españolas, incluida la cordobesa, para exigir a la patronal y a los empresarios que los beneficios empresariales empiecen a tener reflejo en los salarios de los trabajadores. La secretaria general de UGT en Andalucía, Carmen Castilla, y la secretaria de Salud Laboral de CCOO, Nuria Martínez, encabezaron ayer una numerosa concentración a las puertas de la sede de la Confederación de Empresas (CECO) en Córdoba, en la que criticaron «el inmovilismo y la avaricia» de la patronal en la negociación colectiva y en la negociación del nuevo Acuerdo para el empleo.

Carmen Castilla advirtió de que la estrategia de los sindicatos será de «presión, presión, movilización, movilización» si los empresarios no empiezan a repartir beneficios ya que los salarios siguen siendo de los más bajos de la UE. Ha apoyado sus reivindicaciones en dos datos macroeconómicos el crecimiento del PIB, que se situó en el 3%, del IPC, un 1%. Además, afirmó que mientras que los beneficios empresariales han sumado más de 37.000 millones de euros desde el 2008, los trabajadores han perdido más de 10.000 millones de euros de poder adquisitivo, con una bajada de los sueldos de entre un 7,5 y un 15%. «Si las empresas están ganando dinero, ¿por qué no se correlaciona con la subida de los salarios?», preguntó, al tiempo que recordó el peso que esto tiene en el mantenimiento de las pensiones.

Nuria Martínez lamentó la actitud «avariciosa e inmovilista» de la patronal presentando un incremento salarial «mísero» con la justificación «de que todavía no han salido de la crisis». Los sindicatos plantean una subida mínima del 3,1%, en base a la previsión inicial de inflación para 2018, de un 1,6%, más 1,5 puntos adicionales para recuperar poder adquisitivo y la participación en la productividad perdida durante la crisis.