Si el martes fue la Chiquita Piconera quien resucitó de entre los cuadros de Julio Romero de Torres para hacerse de carne y hueso con motivo de la 31 Cata del Vino--Montilla Moriles, ayer fue la capa cordobesa, esa prenda de antaño que muchos daban por muerta, la que salió del baúl de los recuerdos para demostrar que está más viva que nunca. Lo hizo en el patio barroco de la Diputación, en un singular desfile en el que cinco toreros liderados por Manuel Benítez El Cordobés , padrino del evento este año, mostraron las capas último modelo (también alguna clásica) creadas por el diseñador sevillano Daniel Carrasco. Como aperitivo al desfile, alumnos de la escuela taurina protagonizaron una exhibición de toreo de salón.

Javier Martín, presidente de la denominación de origen Montilla--Moriles, adelantaba después que la cata arranca con expectativas de superar las 80.000 visitas del año pasado y de que la promoción realizada fuera de Córdoba dé sus frutos y atraiga hasta la explanada de la Diputación a los paladares inquietos, aprovechando además que las previsiones meteorológicas a partir de esta tarde son favorables. "Esperamos que venga mucha gente de fuera de Córdoba, sobre todo de Málaga, donde hemos hecho una promoción fuerte, y de Madrid, ya que nos consta que todos los AVE están ya prácticamente llenos este fin de semana". Martín recomienda a los que se acerquen por primera vez a la cata que prueben todos los palos . "Lo fundamental es conocer los distintos tipos de vino, el fino, el oloroso, el amontillado, el Pedro Ximénez, el palo cortado y el vino de tinaja, y que cada cual lo haga a su ritmo", señaló.

La inauguración de la cata contó con la presencia de numerosas autoridades locales a las que se sumó la consejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta, Elena Víboras, que acudía por primera vez a esta cita en Córdoba y que destacó la importancia de "aprovechar el actual mundo sin fronteras para promocionar un producto de calidad como el vino Montilla--Moriles", para lo cual insistió en que "hay que potenciar el consumo de estos caldos en España, apostando por el maridaje que permite este vino con multitud de productos gastronómicos de la tierra". En opinión de Víboras, "consumir, promocionar y externacionalizar el vino Montilla--Moriles es la receta para un éxito seguro". La cata de vino tuvo por la tarde su versión outside en tres plazas de la ciudad.

El precio de la entrada a la cata es de 8 euros (1 catavino y 5 degustaciones) o de 10 euros, con 2 catavinos.