El Palacio de la Merced volverá a acoger un año más la cata del vino Montilla-Moriles, que en esta ocasión llega a su trigesimocuarta convocatoria con la participación de 29 bodegas (3 más que el año anterior) y 10 restaurantes. El consejo regulador de la denominación de origen ha presentado hoy en el Alcázar de los Reyes Cristianos esta nueva edición que tendrá lugar entre el 19 y el 23 de abril y que espera superar las 80.000 visitas.

Con un presupuesto de 150.000 euros, los precios de las entradas no varían y se mantienen en 8 euros (5 degustaciones y un catavinos) y 10 euros (5 degustaciones y dos catavinos).

Los actos comenzarán mañana jueves con la celebración de la primera jornada sobre los vinos Montilla-Moriles dedicados al sector de la restauración y la hostelería, que cuenta con la asistencia de 150 participantes, y seguirán con un curso de venencia el 18 de abril por la mañana. La inauguración oficial tendrá lugar el 18 de abril, a partir de las 20.00 horas. En el programa también se incluye la celebración del concurso de vinos genéricos de la denominación de origen (día 19), mientras que el corte de la cinta de la cata será ese día, a partir de las 13.30 horas. Asimismo, se mantienen los tradicionales concursos de tapas y stands.

El día 20 se celebrará la entrega del segundo concurso de vinagres Vinavin y se ha previsto un túnel de vinagres premiados. En esta ocasión, la madrina será Mónica Muñoz y se entregará una distinción a la sumiller montillana Rocío Rey.

PRESENTACIÓN

Durante el acto de presentación, el presidente del consejo regulador, Javier Martín, destacó las dos efemérides a las que se dedica el certamen (el descubrimiento de América y la Orquesta de Córdoba) y valoró la importancia de la cata y el mayo cordobés para el turismo. Precisamente, aventuró que esté año “será el más importante por las previsiones turísticas que tenemos”. Martín dijo que, junto a otros aspectos como el patrimonio o la gastronomía, la seguridad y la limpieza es lo que más valoran los turistas en Córdoba.

La alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, calificó la cata del vino como una “seña de identidad de la provincia y el principal embajador de uno de los productos de nuestra tierra”. “Es una ocasión más para mirar, beber, oler y amar un vino irrepetible”, añadió.

Por su parte, la delegada del Gobierno, Rafi Crespín, remarcó los grandes avances que se han producido en los últimos años en el sector, tanto por la modernización de los viñedos, como por el aumento de la comercialización y la entrada en nuevos mercados. “Hay que enseñar todo lo bueno que tenemos. Vamos por el buen camino y ayuda a fijar la población en el medio rural”, indicó.

Por último, el presidente de la Diputación de Córdoba, Antonio Ruiz, indicó que Córdoba es afortunada “al encontrarnos con unos caldos que generan empleo y de los que dependen más de 7.000 familias”. “Es un producto que aporta innovación, porque es un producto de calidad y diferenciador. Tenemos que volcarnos con estos productos, apoyando la denominación y esta cata es un referente”, señaló.