Cerca del 100% de los productos ibéricos que estén a la venta esta Navidad llevarán la brida de color establecida en la norma de calidad aprobada en enero del 2014 y que sirve para identificar la pureza racial del animal y la alimentación que tuvo antes del sacrificio. Así lo asegura el presidente de la Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico (Asici), Francisco Javier Morato.

«Salvo alguna excepción», «todas» las piezas ibéricas se comercializarán con los precintos de color, explica Morato, quien considera «imposible» que aún quede producto en el mercado anterior a la entrada en vigor hace casi cuatro años de la citada norma.

Refuerza esta idea el hecho de que «no hay suficiente» producto para la demanda existente en los últimos años, por lo que ve difícil que queden existencias anteriores al 2014. El presidente de Asici pide especial atención al consumidor durante las compras de Navidad para que recuerde lo que significa cada color.

La brida blanca identifica a los ibéricos de cebo (alimentados solo a base de pienso). La verde corresponde al cebo de campo (en la última fase de su vida, antes del sacrificio, se les da mayoritariamente pienso); la roja y la negra es para animales alimentados principalmente con bellota (la negra distingue, además, a los animales 100% de raza ibérica).

Junto al color, otros aspectos importantes es que la brida incluya en el precinto el logotipo de Asici -la silueta de un cerdo- la denominación del producto que compran y la inscripción «norma de calidad del ibérico R.D. 4/2014».

Las denominaciones de origen del ibérico no tienen la obligación de llevar dos precintos (uno con el sello de la DO y otro con la brida de Asici) pero sí tienen que cumplir con el código de colores de la norma de calidad. No obstante, asegura Morato, «muchos fabricantes prefieren etiquetar sus piezas con los dos precintos».

Asici ha presentado una campaña para dar a conocer el significado de las bridas de colores. En el acto, el director general de la Industria Alimentaria del Ministerio, Fernando Burgaz, indicó que «la norma de calidad del ibérico ha mejorado notablemente la información ofrecida al consumidor» y que ha favorecido el crecimiento de la cabaña.