«La hemos bautizado como Casa Libertad volviendo el carisma trinitario, que nacieron para liberar a los cautivos». Esa será la misión, según el director del comedor Trinitario, Eduardo García, de este nuevo espacio creado por la Fundación Prolibertas, convertirse en refugio donde recuperar la autoestima de las personas que viven cautivas de sí mismas y de la exclusión social con el fin de que se sientan autónomas para buscar su propio camino. Un cuartel militar reconvertido después en sede de Cruz Roja hasta su reciente traslado a un nuevo edificio, deberá ser ahora durante el día un hogar para las personas sin techo de Córdoba, que hasta ahora no contaban con un espacio donde desayunar, merendar, lavar la ropa o pasar el rato calentitos (o frescos, según la época del año). El horario del centro será de lunes a viernes de 9 a 13 horas y por la tarde, de 15 a 20 horas. Al mediodía, la actividad se centrará en el servicio de comedor. Todos los gastos del centro correrán a cargo de Prolibertas.

La noticia fue recibida con entusiasmo por los usuarios del comedor trinitario, que acudieron masivamente junto a las autoridades, voluntarios y trabajadores de la entidad para celebrar en torno a un chocolate con churros la apertura de Casa Libertad.

El concejal de Asuntos Sociales, Juan Hidalgo, que ha recogido el testigo de su antecesor en el cargo, Rafael del Castillo, felicitó a la Fundación Prolibertas por el trabajo realizado tras la cesión, el pasado mes de diciembre, de una parte de este edificio, que fue adecentada para este fin. Según Hidalgo, el Ayuntamiento mantiene así «su seña de identidad de colocar a las personas en el centro de la política», al tiempo que subrayó la conveniencia de crear este tipo de centros «que posibilitan el empoderamiento de las personas para que vuelvan a creer en sí mismos y puedan salir de la exclusión».

Según explicó Eduardo García, que agradeció la colaboración de numerosas entidades, en Casa Libertad, donde Prolibertas ha invertido más de 10.000 euros, trabajarán un educador y un integrador social, así como un equipo de voluntarios. Además de ofrecer una serie de servicios a los usuarios, como desayuno y merienda, lavandería, consigna, una gran sala de estar climatizada, sala de lectura, juegos y una sala tic con 8 ordenadores donde poder buscar empleo online o participar de las redes sociales, disfrutarán de un espacio exterior y podrán acudir con sus mascotas, algo muy habitual en las personas sin hogar. En las instalaciones, se trabajará con ellos la atención social y sanitaria y la inserción laboral, la formación y el desarrollo de habilidades sociales a través de talleres. Una de las usuarias del centro, Chari, que ha perdido su marido recientemente, acude al comedor trinitario porque, según dijo, «a los que tenemos pocos recursos no nos llega para comer». Para ella y el resto de los presentes, «este centro es una bendición».

El director del comedor no quiso desaprovechar la ocasión para lanzar un guante a las administraciones y recordarles que sigue siendo urgente el traslado del comedor trinitario, afectado estas fechas por goteras, a otro lugar. «Hace tiempo que se quedó pequeño para el volumen de personas que seguimos recibiendo (unas 70 diarias)», les dijo, «ese es ahora nuestro sueño».