Circular en bicicleta por Córdoba es una tarea altamente frustrante. Los 70 kilómetros de carril bici que circundan la ciudad no solo no son suficientes para ofrecer recorridos completos entre los distintos barrios o entre los barrios y el centro, lo que hace que muchos paseos en bici desemboquen en vías muertas, sino que estos carriles presentan graves deficiencias de mantenimiento como firme en mal estado, grietas, agujeros, vegetación, bordillos... que hacen los tramos existentes intransitables con un mínimo de seguridad y comodidad.

DE PIONERA, A ESTAR EN LA COLA// Córdoba, que en su día fue pionera en la apuesta por el uso de la bicicleta, ha sido superada ampliamente y en pocos años por ciudades como Sevilla, con una red completa de más de 160 kilómetros, lo que ha elevado por encima del 8% el número de desplazamientos que se realizan por este medio frente al 1,5% de Córdoba. La media diaria de usuarios de bicicleta en Córdoba es de 800 personas mientras en Sevilla la utilizan alrededor de 60.000 personas cada día y esperan llegar a los 115.000 de aquí al 2020. La construcción de una sólida y completa red de carril bici en la capital hispalense y la apuesta por la bicicleta pública, con 2.500 unidades y 260 estaciones, ha reducido el número de accidentes y ha disparado el número de usuarios. Mientras tanto, en Córdoba, con infraestructuras muy mejorables, el número de usuarios de carriles bici crece a un ritmo muy pausado.

El Plan Andaluz de la Bicicleta, aprobado en el 2014, preveía actuar sobre estas carencias y dotar a Córdoba de una red moderna y ágil. Para ello, pretendía construir 40 kilómetros de vías ciclistas con los que conectar los tramos ya existentes, de los cuales la Junta de Andalucía asumiría el 75% del total y el resto, 7,3 kilómetros de carril bici y 2,3 kilómetros en actuaciones equivalentes como aparcabicis, quedaba en manos del Ayuntamiento de Córdoba.

Esta semana hemos sabido que las obras del tramo de la Ronda del Marrubial, que supondrán una inversión de la Junta de 1,8 millones de euros, darán comienzo en noviembre y durarán siete meses. Serán 3,2 kilómetros de carril de nueva construcción que cerrarán el cinturón del casco histórico y avenida del Brillante, habilitando vía ciclista en zonas clave como Campo Madre de Dios (ver gráfico), Ollerías o avenida del Brillante. Fuera de ese convenio, la Junta ha llevado a cabo 3,4 kilómetros de carril bici entre la barriada de Fátima y el campus de Rabanales, así como la adecuación y señalización del carril de la A-431, 3,55 kilómetros. Sin embargo, la administración autonómica no tiene fecha para la ejecución de los 36 kilómetros restantes.

Mientras tanto, el Ayuntamiento parece decidido a apostar por la movilidad sostenible y está dando algunos pasos por mejorar las vías ciclistas. Esta semana ha salido a licitación el contrato para el mantenimiento de los carriles bici, una demanda histórica de los usuarios. «El mal estado de las vías se debe a que nunca ha habido una empresa o servicio dedicado a su mantenimiento», aseguran desde el área de Movilidad, «más allá de actuaciones puntuales hace más de una década a cargo de los fondos FEIL».

El contrato, por cuatro años prorrogable a seis, prevé una inversión de 1,4 millones de los cuales se invertirán 325.000 entre diciembre del 2017 y diciembre del 2018. Además de las tareas de adecentamiento de los carriles, la empresa adjudicataria deberá instalar aparcabicis por la ciudad, otra de las principales demandas de los usuarios.

PUNTOS NEGROS // El área municipal de Movilidad tiene claro dónde urge completar la conexión con nuevos tramos de carril bici. «Avenida Medina Azahara, la salida desde Olivos Borrachos y Miralbaida a la ciudad o los puentes (San Rafael, Miraflores, El Arenal), donde se interrumpen los carriles bici y solo queda la opción de circular por la acera», señalan desde el Ayuntamiento, que espera impaciente más inversiones de la Junta en este sector.

LOS USUARIOS // «La gente no usa más la bicicleta en Córdoba porque no puedes ir a ningún sitio sin encontrarte con que el carril se corta a medio camino», explica Miguel Ángel, un usuario. «Da igual a qué barrio vayas, porque en todos pasa algo y, si sales a los polígonos industriales, mucho peor». Los que tienen hijos y quieren habituarlos a usar la bicicleta desde pequeños también andan con pies de plomo. «Salimos los fines de semana en familia para dar un paseo, el carril bici solo sirve para eso, para pasear, sobre todo en zonas como el Vial Norte porque está en mejores condiciones, pero, si quieres usarla como medio de transporte habitual, es imposible porque, al no estar interconectados muchos carriles, no puedes llegar a la mayoría de los sitios», comenta Carmen, madre de dos hijos de 18 y 13 años usuarios de bicicleta. «Yo no los dejo que vayan en bici solos por la ciudad, es muy peligroso». El respeto a las normas por parte de ciclistas y del resto de usuarios es capítulo aparte. «Al ser minoritario el uso de la bicicleta, te encuentras muchos problemas como coches que aparcan en los carriles bici, peatones que andan por ellos o coches que te acosan porque vas por la carretera cuando se supone que debemos ir por ahí», destaca Manuel, otro usuario. El otro hándicap para impulsar el uso de la bici es el parque de bicicletas públicas: la ridícula cifra de 36 bicis para toda la ciudad cuyo uso está gestionado a través de un sistema obsoleto desde hace años. No en vano, según los últimos datos ofrecidos por Movilidad, hay más de 7.500 usuarios inscritos al servicio que en el mejor de los casos realizan una media de 100 viajes diarios. El Ayuntamiento planea renovar la flota en el 2018, casi 20 años después de la implantación del sistema de Ciclocity, aunque el pliego de condiciones del proyecto, anunciado a principios de año como algo inminente, aún no se ha presentado. El nuevo sistema, inspirado en el modelo de Murcia, ofrecería más bicis, más estaciones y más movilidad.

OFICINA DE LA BICICLETA // Los presupuestos municipales incluyen para el próximo ejercicio una declaración de intenciones, sin partida concreta asignada, que prevé la realización de un plan estratégico de la bicicleta y la creación de la Oficina de la Bicicleta. Pese a la inclusión de esta aspiración, el concejal de Movilidad, Andrés Pino, ha declinado explicar en qué consiste este proyecto, qué plazos barajan y en qué términos se va a impulsar. Fuentes del departamento admiten que, sin dotación económica, esa pretensión está condenada a quedar en una mera declaración de intenciones.