Llevar la emoción y sentimientos que despierta la música en el ser humano es el leit motive, además de la recompensa al trabajo, para Carlos Espinosa --que responde a esta entrevista--, y Christopher Ortiz, los dos socios de Riff Producciones, una promotora de conciertos que, desde Jaén, decidió instalarse en Córdoba hace unos años para organizar y llevar algunas de las grandes giras de artistas nacionales e internacionales, siendo los artífices de que en esta ciudad se haya podido disfrutar de importantes citas con la música. Con nueve trabajadores fijos, este verano están inmersos en los tours de Joaquín Sabina, Manuel Carrasco, Sting, David Bisbal y Ara Malikian, entre otros, además de la organización de festivales como el de Blues de Cazorla o el Internacional de la Sierra de Gredos. «Sobrepasados» por el reconocimiento de Diario CÓRDOBA, aseguran que esta ciudad es «un buen lugar para hacer cualquier cosa».

--Llegaron desde Jaén hace unos años, y parece que la ciudad los ha tratado bien. ¿Cómo reciben este reconocimiento?

--En primer lugar, lo recibimos con asombro y mucha humildad. Ha sido todo un detallazo por parte del jurado, y para nosotros también es un síntoma de sensibilidad hacia el mundo de la cultura. No trabajamos ni con tornillos ni con coches, no manufacturamos nada, sino que trabajamos con los sentimientos y emociones de la gente, con el arte, con la cultura, con lo cual estamos muy contentos. En efecto, la ciudad nos ha recibido y tratado muy bien, y este reconocimiento nos sobrepasa.

-¿Por qué eligieron Córdoba para instalarse? ¿Es un buen lugar para trabajar en el mundo de la música?

--Córdoba es un buen lugar para cualquier cosa. Y respecto a nuestro trabajo, disfrutamos de una ciudad que no es muy grande, lo cual tiene muchas ventajas, y que está muy bien comunicada. Es un equilibrio perfecto.

--¿Cuál es el papel de cada uno de los dos socios en la empresa?

--Christopher es el que maneja toda la contratación con las agencias internacionales, y yo me ocupo de la parte nacional. Esto viene condicionado por el propio idioma, él es de Nueva York y yo de Jaén.

-¿Han notado alguna diferencia en su trabajo dependiendo del color político del Ayuntamiento?

--Creo que en una ciudad pequeña como esta, todos empujan en la misma dirección. Cualquier político quiere que ocurran cosas y que vengan los mejores conciertos. Me atrevería a decir que hemos notado más diferencia con las personas que con los colores, porque depende un poco de la sensibilidad cultural de cada uno.

-Además de organizar conciertos y llevar giras de importantes músicos, recientemente se han involucrado en la creación de un nuevo escenario en la plaza de toros. ¿Por qué?

--En primer lugar, por necesidad propia. A partir del mes de octubre, en Córdoba hay una carencia de espacios donde poder desarrollar algunas giras. Los teatros tienen su propia agenda y el aforo tampoco es muy grande. Ante la falta de iniciativa pública, y con la concesión de la plaza de toros, era una oportunidad necesaria.

-¿Puede ser un paso importante para que Córdoba se convierta en un importante epicentro musical?

--En este sentido, sí que tiene que empujar la Administración, y por parte de lo público hay que creerse ese pulso y esa capacidad. Pienso que Córdoba puede convertirse en un importante epicentro musical y, de hecho, por aquí han pasado muchas cosas que no han llegado ni a Málaga ni a Sevilla, por ejemplo.

-¿Qué nos espera en este nuevo recinto el próximo invierno?

--No lo puedo adelantar. Estamos desarrollando la programación, pero no puedo anunciarla hasta que no lo hagan los artistas. Pero se están cerrando ya muchas cosas.

-Córdoba goza de dos grandes eventos musicales: la Noche Blanca del Flamenco y el Festival de la Guitarra. ¿Cree que están suficientemente reconocidos fuera de nuestras fronteras?

--Creo que sí. El Festival de la Guitarra lleva muchos años salpicando el mes de julio de conciertos muy importantes, otra cosa es que el concepto se vaya diluyendo de un año a otro, o que la gente quiera que haya un perfil más vinculado a la guitarra o a las grandes bandas que venden miles de entradas. Personalmente, creo que dentro de esta cita, debería haber dos festivales, uno más técnico, y luego otro que acoja a grandes artistas, independientemente de que sean mejores o peores guitarristas, porque generan mucha economía en torno a ellos. Una inversión como esta tiene que retornar a la ciudad con un buen numero de venta de entradas. Y eso se hace unos años sí y otros no. Creo que el festival debe estar por encima del color político del Ayuntamiento, y quizá debería tener su propio director y que marque el parámetro del encuentro.

-¿Cree que necesitaría más promoción?

--Creo que tiene promoción, pero debería identificar mucho más la marca. Por otro lado, pienso que la programación del festival, por sentido común y por lo que hacen los organizadores de todos los festivales, debería anunciarse mucho antes que a dos meses vista, porque pierde mucho poder de convocatoria. Hoy hay una oferta brutal en el verano, y la gente hace sus planes con mucha antelación. Si queremos hacer un festival para Córdoba, está bien; pero si queremos atraer a público de fuera hay que promocionarlo mucho antes.

--Riff también ha hecho una gran apuesta por la música ‘indie’ y alternativa. ¿Qué nos espera este año en el I Like Festival?

--Este año va ser muy indie, y pronto se conocerá el cartel.

-¿Qué cree que ha aportado su empresa a la ciudad?

--Pues, por ejemplo, con conciertos como el último de Gemeliers, satisface la emoción que despierta en miles de jóvenes. Creo que esos momentos compensan todo el esfuerzo.

-¿Qué papel juega el riesgo en su trabajo?

--Es permanente, pero se diversifica. Somos una especie de prestidigitadores. Se montan pequeñas empresitas cada vez que organizas una gira, con todo lo que eso conlleva. Por otro lado, no hay un parámetro claro, ya que en algunos sitios se venden muchas entradas de un concierto y en otros menos. Si conociéramos a qué se debe, si supiéramos el secreto, los conciertos los montarían los bancos, no los promotores.

-¿Por qué no viene a Córdoba Joaquín Sabina, siendo ustedes los que llevan la gira?

--La gira se cerró hace casi un año y las fechas que estaban previstas para Córdoba dentro de su calendario coincidían con el Festival de la Guitarra. Por cuestiones de programación, se determinó que no encajaba.

-¿Cómo es Sabina detrás del escenario?

--Creo que la última canción de su nuevo disco lo define muy bien, no es tan crápula como parece, es muy tranquilo. Además, en una gira como la que él desarrolla tiene que cuidarse porque mueve a mucha gente, es una enorme producción, hay mucha responsabilidad y el principal artífice de todo tiene que estar muy bien cuando sube al escenario.