El cardenal y teólogo Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (la sucesora de la Santa Inquisición) y presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei , de la Comisión Teológica Internacional y de la Pontificia Comisión Bíblica, visitará Córdoba el próximo fin de semana, según ha confimado a este periódico el propio obispo, Demetrio Fernández, con el que mantendrá un largo encuentro. El cardenal, según lo previsto, también presidirá la misa del domingo en la Catedral.

La visita del cardenal Müller se produce en un momento decisivo no solo para la Iglesia de Córdoba, sino para toda la Iglesia Universal, ya que apenas una semana después empezará el Sínodo Extraordinario de la Familia, en el que se enfrentan dos formas de entender la familia cristiana. Por un lado, quienes propugnan una mayor acogida y comprensión (tras un camino de penitencia) para los divorciados que vuelven a casarse por lo civil, y que ahora quedan sin acceso a los sacramentos. Esta corriente aperturista la defienden entre otros el también cardenal alemán Walter Kasper, cercano al Papa y que incluso le ha escrito trascendentes discursos.

Frente a Kasper está el propio cardenal Müller, que ha escrito un libro muy crítico (saldrá a la venta en Italia el 1 de octubre, 4 días antes del sínodo) junto a los purpurados conservadores Walter Brandmuller, presidente del Pontificio Comité de Ciencias Históricas; Raymond Leo Burke, de la Signatura Apostólica; Velasio De Paolis, de la Prefectura de Asuntos Económicos, y Carlo Caffara, arzobispo de Bolonia.

El obispo de Córdoba, en una entrevista publicada ayer en este periódico, consideraba sobre la acogida a divorciados y vueltos a casar que "a veces dice la gente que va a cambiar todo y hay cosas que no pueden cambiar. La Iglesia se debe a su Señor y su Señor sigue vivo".