Antonio Cañero Baena nació en Córdoba en 1885 y murió en 1952. Su padre, comandante y profesor de equitación, le inició en el arte ecuestre y le inculcó el espíritu castrense, lo que le llevó a ingresar en el Ejército, profesión que compaginó con su vocación de rejoneador. Tras participar en numerosos festivales, en 1922 se hizo profesional, categoría que mantuvo hasta su retirada en 1935. Las temporadas más victoriosas y activas fueron las de mediados de los años veinte. Actuó en París, Portugal, Venezuela, Perú y México. Según don Rafael Castejón, «nadie antes que él supo unir la gracia majestuosa de la jineta con la valerosa gallardía del lance taurino». Durante la Guerra Civil tomó parte en corridas patrióticas y algunos historiadores apuntan su participación represiva en la llamada Columna Cañero. Alcanzó el grado de teniente coronel de Caballería. En la posguerra fue concejal del Ayuntamiento y a finales de los cuarenta donó al obispo Fray Albino la Huerta Guato para la construcción del barrio que ostenta su nombre. En enero de 1989 el Ayuntamiento dio su nombre a la plaza del barrio.