La alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, y el subdelegado del Gobierno de España en Córdoba, Juan José Primo Jurado, presentaron ayer el Plan de Seguridad integral para la Semana Santa de Córdoba 2017, cuya carrera oficial trasladada al entorno de la Mezquita-Catedral la convierte en el operativo para el control de concentraciones de personas en espacios públicos «más importante de la ciudad en 23 años, desde que se trasladó la Feria a El Arenal», definió el subdelegado del gobierno, que calificó de «reto» la planificación y desarrollo del dispositivo.

Así, Primo Jurado dio cuenta de que a las especiales características del nuevo entorno de la Semana Santa, en la zona Patrimonio de la Humanidad, con calles más estrechas, a lo que se le unen circunstancias como el actual estado de alerta 4 antiterrorista en España y la necesidad de vigilar especialmente ataques contra concentraciones de personas, más aún al tratarse la Semana Santa de una manifestación «tan simbólica en lo religioso y cultural».

LLAMADA A «DISFRUTAR» / Sin embargo, el subdelegado y la alcaldesa animaron a los ciudadanos a participar y «disfrutar» de la nueva Semana Santa Cordobesa, particularmente Isabel Ambrosio, recordando que la planificación ha sido meticulosa (agradeció el esfuerzo a todas las instituciones y especialmente al concejal Emilio Aumente) y que se tratará de un evento seguro, al menos en lo que corresponde al trabajo hecho aunque nunca puede descartarse, como en cualquier otro evento, un imponderable, explicó el subdelegado.

Para garantizar esta seguridad se emplearán diariamente 200 agentes de la Policía Local, junto a un centenar de agentes de la Policía Nacional (50 de ellos destacados exclusivamente en puntos conflictivos), otros efectivos de vigilancia antiterrorista, 50 policías de la Unidad Adscrita de la Policía Autonómica, en torno a 75 guardias civiles en las carreteras de acceso y barriadas correspondientes, 26 vigilantes contratados por la Agrupación de Cofradías y el propio servicio de seguridad del Cabildo Catedral dentro del monumento.

Eso sí, Primo Jurado y la alcaldesa pidieron la colaboración ciudadana, «sin la cual este plan no es nada», dijo el subdelegado, que además pidió hacer caso especialmente «al propio sentido común, a los consejos que se van a difundir y a los agentes”.

Particularmente sensibles serán puntos donde pueden registrarse aglomeraciones y cerrarse accesos, por lo que se mantendrán estas áreas despejadas (entre la Puerta del Puente y el Puente Romano, Magistral González Francés y Cardenal González, Cruz del Rastro, etcétera), además de dejarse un pasillo exclusivamente de tránsito tras los palcos, una de acceso y evacuación con un ancho entre 1,8 y 1,5 metros.