Los trabajos de la primera fase de restauración del Templo Romano de Córdoba han sufrido una ralentización a causa de las altas temperaturas registradas en la ciudad y, pese a que se había previsto que concluyeran a mediados del presente mes de julio, las actuaciones terminarán el próximo día 31. En estos términos lo anunciaron ayer fuentes del gobierno municipal, que señalaron que la intervención estaba «muy adelantada» y la fecha de finalización ha tenido que ser modificada por seguridad laboral, ya que el elevado calor obligó a que el mes pasado las jornadas laborales se acortaran «un poco».

Hay que recordar que en junio Córdoba sufrió una ola de calor que la condujo a registrar la temperatura más alta de Europa, con 44,5 grados centígrados a mediados de mes, y desde Educación incluso se adoptó la medida excepcional de permitir a las familias que no llevaran a los alumnos a los centros educativos en los últimos días de clase. Por otra parte, la jornada intensiva para los trabajadores del sector de la construcción comenzó el pasado día 26.

Con todo, parece que las obras terminarán en la fecha anunciada, ya que se iniciaron a finales de marzo, sufrieron una parada por la intervención realizada para retirar una colonia de gatos que habitaba en el lugar y concluirán en los cuatro meses estimados. Las mismas fuentes municipales han detallado que la primera fase de la restauración del Templo Romano se encuentra, aproximadamente, al 85% de su ejecución. En la actualidad, ya se puede observar la retirada de parte de los andamios y los trabajos se están centrando en el muro delantero de las antérides (contrafuertes), que es, prácticamente, lo último que resta de la obra. Así, la primera parte está consistiendo en la restauración y la conservación de las estructuras del monumento y los citados contrafuertes, y está siendo desarrollada por la empresa Patrimonio Inteligente con un presupuesto de 200.000 euros, según informó el Ayuntamiento de Córdoba antes de que comenzara.

La actuación se ha centrado en los restos de sillería de las cimentaciones del templo y el muro de contención de la plaza donde se encontraba, y en la anastilosis (reconstrucción) realizada por el arquitecto Félix Hernández a mediados del siglo pasado, que se focalizó en las columnas y pilastras.

POSIBLE RETRASO/ Este proyecto es uno de los incluidos en el Plan Turístico de Grandes Ciudades y cuenta con una segunda fase que, previsiblemente, durará cinco meses, aunque todavía no tiene una fecha de inicio. El pleno del Ayuntamiento de Córdoba celebrado la semana pasada aprobó una modificación de crédito en el presupuesto de este año para destinar una partida a los trabajos, que tienen un presupuesto de 400.000 euros y ya recibieron el visto bueno de la comisión de Patrimonio de Cultura. Una vez que se ha dado este paso, el siguiente será la salida a concurso de este proyecto, con el que se construirá una pasarela que permitirá pasear por el templo y conocerlo de una forma diferente a la experimentada hasta el momento.

Las primeras previsiones indicaban que este acceso al monumento sería factible a finales de año, aunque fuentes del gobierno municipal reconocieron ayer que será «complicado» cumplir con esta estimación, teniendo en cuenta que la intervención todavía no ha sido adjudicada y que próximamente llegará el mes de agosto, aunque tampoco se descarta que la empresa que acometa la obra pueda reducir el plazo de ejecución. Además, la segunda parte contará con otra intervención de Patrimonio Inteligente, que aún debe acometer trabajos por el plazo de un mes, ya que es necesario que los haga al mismo tiempo que se desarrolla esta otra fase.

Junto a la intervención en el monumento, otra iniciativa planteada es el impulso de un centro de interpretación de la Córdoba romana en la planta baja del Consistorio, para dar a conocer la evolución de la ciudad y del propio templo, que fue construido en el siglo I, aunque se descubrió a mitad del siglo XX, durante las obras de ampliación del Ayuntamiento de la ciudad.