El Ayuntamiento de Córdoba ha inaugurado este sábado un bosque de ginkgos en conmemoración del accidente nuclear de Fukushima registrado el 11 de marzo de 2011. El acto de plantación ha tenido lugar a las 12,00 horas en el parque de Miraflores y han asistido en representación del gobierno municipal la teniente alcalde de Medio Ambiente e Infraestructuras del Ayuntamiento, Amparo Pernichi, así como miembros de la Asamblea antinuclear de Córdoba.

Según informa el Consistorio cordobés en una nota, este día 11 de marzo se conmemora el sexto aniversario del accidente nuclear de Fukushima, accidente que ha dejado como secuela que toda una región de Japón, hogar de más de 200.000 personas, esté altamente contaminada de radiactividad y sea inhabitable, probablemente, "para siempre".

Para conmemorar esta tragedia, la Asamblea antinuclear de Córdoba solicitó al Ayuntamiento la plantación de seis ginkgos, un árbol oriental que es, junto al cerezo, muy representativo de la cultura japonesa. La propuesta de la Asamblea antinuclear es hacer este año esta primera plantación de seis árboles, un ejemplar por cada año desde la fecha del accidente, y cada año sucesivo se seguirían plantando ejemplares de esta misma especie, formando así un bosque con un alto componente simbólico.

Finalizada la plantación, los miembros de la plataforma han explicado con detalle cuál es la situación en materia nuclear en el estado español; el "clamor antinuclear por el cierre del cementerio nuclear del Cabril; la apuesta del gobierno por la prórroga de la vida útil de las centrales, la construcción de almacenes temporales individualizados; la reciente constitución del Movimiento Ibérico Antinuclear, en el que participan organizaciones españolas y portuguesas; y qué papel juega el lobby eléctrico en el encarecimiento de la factura de la luz, que ha azotado a nuestros hogares con tanta fuerza estos días pasados".

En Fukushima, el peligro "no ha cesado" y la tragedia "continúa" con la fuga de miles de toneladas de agua radiactiva en el Océano Pacífico. Con esta fuga y con la radiación latente en el reactor, que todavía "no ha sido neutralizado", la central nuclear "seguirá produciendo mutaciones y matando a los organismos vivos durante miles de años".

El desastre nuclear de Fukushima en 2011 "dio la razón a todas las personas que venían alertando sobre la peligrosidad de la energía nuclear, demasiado peligrosa, demasiado sucia y demasiado cara para que se continúe utilizando".