Dos de los motivos que hacen que los ciudadanos sean poco amigos de acudir a los dentistas, siempre que se obvie el aspecto de la salud bucodental, son el alto precio de los tratamientos y la incomodidad que suponen para los pacientes los procedimientos de trabajo.

Estas dos cuestiones se podrán ver algo atenuadas apenas se vayan implantando, y nunca mejor utilizado el verbo, otros métodos de trabajo mucho más acordes con la actualidad como es la tecnología 3D. Ayer se celebró en Córdoba una jornada informativa de la empresa Biotech Digital Sistem, en la que se intentó transmitir a los profesionales y empresas del mundo de la odontología las novedades que para esta actividad presenta esta tecnología.

Francisco Conde, como responsable de la empresa, explicó a este periódico que las jornadas pretenden ayudar a la «incorporación a la vida cotidiana de los laboratorios, clínicas y hospitales de odontología de las tecnologías 3D».

Los 200 profesionales que asitieron al encuentro procedían de España, Portugal, Francia, Italia y Marruecos y debatieron sobre las ventajas y posibilidades que ofrece este mundo a la actividad odontológica. Destacó Conde que «si no se mantiene una formación continua los procedimientos quedan obsoletos». Actualmente, explica, «en lo que se refiere a la producción de prótesis en laboratorio está bastante maduro el uso digital y lo único que falta es que el paciente termine por ver la incorporación de esta tecnología a su caso clínico».

Como ejemplo práctico, explica Francisco Conde, se puede decir que actualmente, para una prótesis «te toman una impresión con alginato o silicona y se saca el negativo de la boca del paciente. A partir de ahí se positiva el molde con una serie de escayolas y la meten en un escaner tridimensional que lo que hace es digitalizar esa escayola». A partir de ahí se pone en marcha un proceso «de ingeniería inversa para la creación desde la informática de la prótesis que luego la fabrican con una máquina para terminar en la boca del paciente».

Con la nueva tecnología se propone «que desaparezca el uso del alginato y que el lenguaje de la clínica sea también digital». De ese modo, explica, al usar también el escáner digital «se eliminan productos desechables; es un procedimiento mucho menos invasivo para el paciente, pues evita molestias e incomodidades y además, la adquisición de esta tecnología -añade- no es muy costosa» concluye el empresario.