Manuel Benítez El Cordobés no sale de su asombro. Después de que Manuel Díaz haya estado años pregonando en público que le gustaría verse con su padre frente a frente, y mucho más una vez que los juzgados han reconocido que es hijo de Benítez, ahora ha rechazado la invitación de este para encontrarse.

Según relató ayer Manuel Benítez a Diario CÓRDOBA, hace unos días le ofreció a Manuel Díaz, a través de una persona de confianza, «que nos viéramos en el campo, en casa del ganadero Ramón Sánchez, para torear siete vacas: tres para él, tres para Julio -su otro hijo torero- y una para mí en presencia de la prensa». La idea, explicó, era «cumplir así su deseo de reencontrarse conmigo y formalizar, ante los medios de comunicación, lo que ha dicho un juez: que somos padre e hijo». Sin embargo, Díaz, que «siempre ha dicho a la prensa que estaba deseando conocerme y darme un abrazo, ahora ha rechazado mi ofrecimiento». ¿Por qué? Pues Díaz, aseguró su padre, ha argumentado que este encuentro le iba a «reventar» la corrida prevista para el 11 de marzo en Morón, donde está anunciado mano a mano con Julio Benítez. «Dice que va a perder atractivo para los medios y me ha mandado el mensaje de que, si quiero, que nos veamos debajo de un chaparro, pero no en el campo, toreando y ante las cámaras» como El Cordobés padre ha propuesto.

Abierto a conocer a los nietos

«¿De qué estamos hablando? ¿Quieres conocerme o no?», se preguntó ayer Benítez refiriéndose a Díaz. «Si él no viene a verme, yo no voy a su encuentro, ni por supuesto a Morón. ¿Qué tengo que ver yo con esa corrida?», lamentó. Y aun así, Benítez mantiene su ofrecimiento: «Ahí están las siete vacas. Cuando quiera nos vemos ante la prensa en el campo. Hay que formalizar esto y poner fin al acoso al que me veo sometido por la prensa, que no me pregunten cada día si voy a Morón, si estoy dispuesto a darle un abrazo...». Benítez lo dejó claro: «Yo sí estoy dispuesto a verlo, a darle un abrazo y a acabar con esto. Yo tengo que vivir también y no puedo tener todos los días siete cámaras detrás mía».

Tan «sincero» es el ofrecimiento que El Cordobés padre añadió que «puede venir con su mujer y sus hijos, para que ella y mis nietos me conozcan». Ese es su deseo, y no entiende «por qué lo ha rechazado, él será el que tenga que explicarlo». Una situación que espera, no obstante, que se reconduzca y se pueda celebrar el encuentro en el campo ante los medios de comunicación como testigos. «Tú has tirado la piedra, no encojas la mano», finalizó Benítez dirigiéndose a Díaz.