El concejal de Bienestar Social del Ayuntamiento de Córdoba, Rafael del Castillo (IU), ha anunciado este viernes que su intención, como máximo responsable de la Oficina en Defensa de la Vivienda, órgano de nueva creación, es que la misma esté operativa "en la segunda quincena" del presente mes de julio.

Para ello, según ha explicado Del Castillo, "el traslado de los enseres" precisos "se está haciendo ya" al edificio municipal que albergó el antiguo Ayuntamiento, en el Bulevar del Gran Capitán, a lo que se suma que ya está "buscado el personal" necesario, a la vez que se están redactando "los protocolos y los acuerdos de colaboración y cooperación con los diferentes agentes que están trabajando en este campo, para que no nos pisemos y para que la labor que hagamos entre todos sea eficaz".

Del Castillo ha aclarado que "el personal" municipal que pretende trasladar a la Oficina en Defensa de la Vivienda "se pueda reponer en los sitios donde ahora están, porque no se trata de desvestir a un santo para vestir a otro, y en la medida en que eso lo consigamos más rápido, pues antes" se pondrá en marcha la Oficina, siendo el deseo del edil de Bienestar Social que "en la segunda quincena de julio estuviera ya abierta, de cara al público, y comencemos a funcionar".

En este contexto se inscriben también los encuentros que ha previsto tener Del Castillo con responsables de entidades financieras, "para establecer una alianza que sea beneficiosa para ellos, ya que tienen una gran cantidad de pisos vacíos, que nosotros podemos gestionar y darles una utilidad social", objetivo con el que ya mantuvo la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio (PSOE), una primera reunión con el director general de CajaSur, Francisco Javier Rapún.

Del Castillo ha hecho estas declaraciones a las puertas de los juzgados, donde, junto a miembros de la plataforma Stop Desahucios, ha dado su apoyo a Montserrat Rodríguez, una mujer enferma de 50 años, a la que, según ha explicado el edil, se juzgará por ocupar un piso vacío propiedad de una entidad financiera, después de haber estado viviendo en la calle tras ser desahuciada de una vivienda en alquiler, cuyo coste no podía afrontar, dada la escasez de sus recursos económicos.