LUGAR DE NACIMIENTO CORDOBA.

TRAYECTORIA LETRADA VOLCADA EN LA DEFENSA DE LA MUJER, SE HA ESPECIALIZADO EN CASOS DE MALOS TRATOS TANTO ANTE LOS TRIBUNALES COMO EN LA VERTIENTE INVESTIGADO-

RA, LO QUE LE HA VALIDO PREMIOS COMO EL MERIDIANA Y EL CARMEN DE BURGOS, ENTRE OTRAS DISTINCIONES.

Su vida transcurre en un continuo paseo entre su bufete y los tribunales, y aún le queda tiempo para aislarse a ratos perdidos y escribir libros. Así, con organización y parsimonia ("Mírame, ¿tengo pinta de estar estresada?", proclama sonriente), Aurora Genovés ha dado ya a la imprenta un buen ramillete de publicaciones con un denominador común: la defensa de los derechos de la mujer y la denuncia de los males que la azotan, entre los que sigue destacando a pesar de leyes y concienciación social la muerte a manos de la pareja. Este precisamente, El delito de homicidio en el ámbito de la pareja , es el título de su último trabajo, lanzado a las librerías de toda España por la editorial barcelonesa Bosch. Y es que, por desgracia, se trata de una tragedia que extiende su mancha de sangre sin que se le vea el final. Pero es también un asunto jurídico que, en opinión de la abogada, ha de abordarse sin llantos. "Con lágrimas no se va a ninguna parte --dice--. Sensibilidad sí, pero sobre todo justicia".

--No es la primera vez que escribe sobre la muerte en el seno de la pareja. ¿Tanto le obsesiona el tema?

--No es una obsesión, es que forma parte de mi trabajo. Pero es verdad que hay trabajos que acaban invadiéndote. Durante cuatro años he estado centrada en este campo de investigación, que de alguna forma necesitaba ser obsesivo para poder ser exhaustivo.

--¿Qué aporta esta nueva publicación a las anteriores?

--Este quizá es el trabajo más ambicioso, por la cantidad de casos que se estudian, casi 500, por las sentencias que se recogen, que son más de 250, y por el tiempo que he empleado en su análisis. Cubre el espacio de una información que no existía. Precisamente me puse a trabajar en ello porque para los juicios necesitaba una documentación que no tenía.

--De la lectura de su libro se deduce la disparidad de criterios de los jueces a la hora de afrontar los casos. ¿Tan ancha es la ley que permite tal cantidad de matices?

--Es que es un tema distinto al delito de malos tratos en el que el resultado no es de muerte. Se regula con los artículos generales de los homicidios y se matiza luego con las circunstancias atenuantes o agravantes, no tiene que ver por tanto con las modificaciones legislativas que ha habido en temas de malos tratos. ¿Qué pasa? Que como ha habido tantísimos asesinatos del mismo tipo hay una gran disparidad de criterios a la hora de aplicar las circunstancias o de calificar el delito como homicidio o asesinato. Son delitos que juzga siempre un tribunal popular, y se ve la gran diferencia entre las resoluciones que salen del jurado y el análisis que tras los recursos realizan los tribunales profesionales, que suelen atenuar la pena.

--¿Debe entenderse entonces que en la calle hay más sensibilidad que entre la judicatura?

--Bueno, podría decirse así, pero lo que pasa también es que los jueces buscan la parte técnica. Está el principio de "In dubio pro reo". El tribunal popular lo que hace es, digamos, simplificar, de ahí que sea más duro. Pero estudiando la evolución de las sentencias se aprecian cambios significativos. Al final del libro hay anexos con estadísticas de la jurisprudencia y conclusiones y, por ejemplo, las sentencias que se dictan más cerca del año 99 tienen tendencia a las calificaciones por homicidio, mientras que a lo largo de estos diez años se ha ido invirtiendo la curva hacia la calificación por asesinato. Hay un trasfondo social reflejado en los tribunales y que se traduce en que se justifiquen menos cosas, que los juicios sean más rápidos y las condenas más duras.

--Aun así, las mujeres siguen muriendo día tras día. ¿No hay remedio para este mal?

--Si alguien lo supiera lo habría puesto en práctica. Yo no lo sé. He analizado lo que ha pasado, no lo que puede pasar, que sería otro trabajo: cómo evitarlo. Lo que sí se ve en los hechos probados --y he quitado de los análisis todo el gore , la sangre y la maldad-- es que lamentablemente, por muy poco, muchos casos se podrían haber evitado. Quizá con unos equipos más especializados para valorar el riesgo.

--Se acaban de presentar los brazaletes GPS de control para maltratadores. ¿Servirán de ayuda a la víctima?

--Servir sirve todo. Yo creo que sí servirá que el maltratador se sepa controlado por la policía, porque ya sabemos con la facilidad que se levantan las órdenes de alejamiento.

Siguiendo la trayectoria de esta mujer que se ha ganado el prestigio profesional a golpes de tesón y beligerancia, leyendo sus escritos --algunos de referencia para las jóvenes que vienen empujando-- e incluso oyéndola hablar se observa en ella cada vez más peso jurídico y menos carga emocional. Como si la experiencia le aconsejara poner a enfriar los sentimientos. "No es eso, es que los juicios no se ganan con sentimientos, se ganan con sentencias --afirma--. La gente lo que quiere es el resultado, y tú también".

--Pero usted era antes más visceral que ahora, ¿no cree?

--No, lo parecía (ríe). Es que en casos de este tipo es imposible quedarse al margen. Pero se trabaja mejor con cierta distancia sobre los casos. Yo he sufrido más al acabar el asunto que cuando lo llevaba a cabo.

--¿Por qué decidió centrarse en la defensa de género?

--No fue una decisión consciente. Empecé llevando tímidamente algunos casos de defensa de la mujer, y luego es la gente la que te va especializando. Hasta que llega el momento en que no te puedes dedicar a otras cosas por falta de tiempo.

--Su elección le ha aportado reconocimientos, pero también ha debido de recortarle clientela potencial, ¿no?

--Como es una cuestión potencial nunca lo sabré. Yo no he visto una merma en mi trabajo y sí en cambio satisfacciones como el tener hoy montañas de amigas. Ahora, es un trabajo que requiere muchas horas.

--Sé que aprovecha las vacaciones para escribir. ¿Qué echará este verano en la maleta?

--No preparo nada, pero debería de hacerlo. La investigación para mí es una pasión y un entretenimiento.