No es la primera vez que se plantea la idea de construir una playa en Córdoba, aunque sí es la primera vez que la iniciativa no pasa por hacer una playa fluvial. Sin embargo, de llegar a buen puerto la nueva iniciativa tampoco sería la primera vez que en Córdoba habría una playa porque, como sabemos, ya hubo una: la playa municipal del Molino de Martos.

Desde la década de los 50, Antonio Caballero Prieto y más tarde su hijo Alfonso obtuvieron licencia municipal para establecer un servicio de baños públicos en la zona del molino que, como recordaba Francisco Solano Márquez en un reportaje, estaba «dotado de un trampolín fijo que permitía celebrar concursos de saltos». Al parecer, aquella playa estuvo en uso hasta 1975 cuando «acabó clausurándose por razones sanitarias, por la contaminación de los vertidos».

La aspiración de que Córdoba volviera a tener playa resurgió en 2007 y fue el mismo Ayuntamiento de la ciudad, siendo entonces alcaldesa Rosa Aguilar, el que promovió --sin éxito-- aquella historia. La idea era crear una playa fluvial aprovechando el nivel más bajo del parque de Miraflores y dotar el espacio comprendido entre el meandro del río y el Puente Romano de instalaciones provisionales, como chiringuitos y zonas de juegos infantiles. Aquel proyecto iba a tener un coste de 1,5 millones de euros, se haría en 19.000 metros cuadrados, e iba a tener «distintos ambientes: brasileño, caribeño y andaluz». En nuestra hemeroteca, que a veces --reconozcámoslo-- miente, podemos leer hasta fecha de inauguración de aquella playa que quedó varada en la ribera. La dio quien por entonces era la teniente de alcalde de Presidencia, Rosa Candelario, que afirmó que el proyecto estaría concluido en marzo del 2010.