Contar con servicio ferroviario de cercanías es una vieja aspiración de capital y provincia. En el 2012, el gobierno local del PP anunció el proyecto del metrotrén, que se quedó a las puertas de la firma del contrato con Renfe antes de las municipales del 2015. Unos meses después de las elecciones, el Ayuntamiento decidió crear una comisión técnica y vecinal para decidir si seguir adelante o descartar el metrotrén. Ya ha pasado más de un año desde que esa comisión entregara a la alcaldesa, Isabel Ambrosio, su dictamen definitivo. En aquel momento, en el que la comisión le comunicó al Ayuntamiento que sí quería un cercanías (desterraba el término metrotrén) entre Alcolea y Villarrubia pero que también deseaba que ese servicio se extendiera en una segunda fase hasta Villa del Río y Palma del Río, se ponían los relojes a cero. A partir de entonces empezaba el plan para poner en marcha el cercanías en la capital en el horizonte del mismo año 2016.

Sin embargo, el deseo de poner en servicio el cercanías antes de que acabara el 2016 no se cumplió, aunque se dieron pasos para ello. Desde marzo del 2016, que es cuando el Ayuntamiento recibió el dictamen de la comisión, ha habido múltiples reuniones a todos los niveles, de las que ha surgido el compromiso de la Junta de aportar el 40% del déficit de explotación, de forma que el gobierno local solo tenga que abonar el 60% restante, y que han derivado en el acuerdo alcanzado ayer. Durante ese tiempo, la comisión se ha reunido varias veces con la alcaldesa para reclamar que el proceso no se detenga y que se pongan en marcha las medidas complementarias, ya que el cercanías exige un nuevo plan de movilidad para la ciudad. Ahora, el 2017 es el nuevo horizonte para ver circular el tren entre Alcolea y Villarrubia.