La Consejería de Agricultura avanzó ayer que la próxima cosecha del aceite de oliva puede convertirse en una de las más reducidas de la última década en Córdoba al estimar que se obtendrán solo 147.000 toneladas, lo que supone un descenso del 59% respecto a la campaña pasada (362.059 toneladas) y un 46% más reducida de la media de los últimos cinco ejercicios. El primer aforo del olivar presentado por la consejera de Agricultura, Elena Víboras, sitúa la producción en Andalucía en 643.000 toneladas, un 56% menos que en la campaña 2013/2014, mientras que en España prevé 784.000 toneladas, un 56% inferior al ejercicio anterior. La estimación de Córdoba se convertiría en la segunda producción más reducida de la última década tras las 139.918 toneladas de la campaña 2012/2013. El aforo de la Junta se sitúa cerca de las cifras avanzadas por organizaciones agrarias en Córdoba. Así, Cooperativas Agroalimentarias (antigua Faeca) situaba la cosecha entre 140.000 y 145.000 toneladas, mientras que las grandes almazaras de la provincia preveían un descenso medio del 60%.

FACTORES ADVERSOS La Consejería de Agricultura justificó esta reducción en la vecería del olivo, que suele provocar al año siguiente una merma después de una magnífica producción de aceituna, pero también en factores climatológicos desfavorables. Así, se registraron altas temperaturas en mayo, cuando se estaba produciendo la floración del olivo. Esto afectó al cuajado del fruto. A esto hay que unir las tormentas de granizo y pedrisco que se registraron en junio y que afectaron a municipios de Jaén y de Córdoba. Las principales consecuencias de esta reducida cosecha se trasladarán a la decisión de algunas cooperativas de no abrir sus instalaciones ante la reducida producción que obtendrán, por lo que se unirán a otras para reducir costes de molturación. Además, la generación de empleo sufrirá una caída sustancial respecto a la campaña anterior, provocando, como han advertido sindicatos y algunos partidos, grandes dificultades para que los jornaleros completen las peonadas necesarias para acceder al subsidio agrario. En el caso del consumidor, las escasas existencias que llegarán al mercado hacen presuponer que los precios en origen del virgen extra se acerquen más a los tres euros que a los dos en los que estuvo la campaña pasada, lo que afectará también al consumidor final. Esa subida ya se viene detectando en los mercados, pues el precio medio de septiembre se situó en 2,7 euros por kilo, un 5,8% más que en el mismo mes del 2013.