Adolfo Molina, único candidato a presidir el PP de Córdoba tras recibir ayer el apoyo del 82,06% de los militantes, afirma que su objetivo será el de lograr «un partido más fuerte y unido», y ha aclarado que «nadie sobra», en referencia a su rival, la parlamentaria andaluza Rosario Alarcón. El todavía secretario general del PP de Córdoba afronta esta nueva etapa con «ilusión», aunque recuerda que aún debe tratar de convencer a los 665 compromisarios que acudirán al 15 congreso provincial y en el que previsiblemente será proclamado presidente.

De hecho, dijo ayer que hasta el 3 de junio seguirá visitando las juntas locales, y trabajará en la formación de su equipo, con el que espera, en un futuro inmediato, «recuperar gobiernos perdidos», entre ellos la Alcaldía de Córdoba, la presidencia de la Diputación Provincial y la recién arrebatada Alcaldía de Priego.

Preguntado por los periodistas, no ha descartado que en su equipo pudiera estar Rosario Alarcón, aunque parece desde luego poco probable. De hecho, acto seguido, apuntó que tiene «un amplio banco de nombres y personas del partido». Entre sus objetivos «clave» para los próximos años destaca la creación de una estructura específica del partido en la capital, más formación, transparencia y organización para los afiliados, y preparar las bases de las candidaturas para las elecciones municipales.

El partido deberá ratificar a Molina como candidato a la presidencia del PP de Córdoba, preparar la ponencia que lleve al congreso y configurar el equipo que acompañará a Molina en la dirección provincial.

«DULCE DERROTA» // La parlamentaria andaluza Rosario Alarcón, que también analizó ayer los resultados electorales, afirma que «les ha quedado mal sabor de boca a quienes han sido presionados» para que en sus juntas locales no hubiese «ni un voto» a su candidatura. «Ha sido en muchos municipios y a muchas personas», sostiene, al tiempo que asegura que no será ella «quien abra más heridas». Alarcón calificó de «dulce» su derrota, porque, pese a todo, ha sido «un honor» dar ese paso por su partido, algo que era «absolutamente necesario». «Hoy no es el día para sacar trapos sucios, hay que lavarlos en casa, pero hoy sí debería ser el día de la gran reflexión: la de la unidad, la integración y asumir que tenemos que mejorar». En su opinión, Adolfo Molina tendría que tomar «buena nota» de los resultados para tratar de hacer «un partido más unido y fuerte en la provincia que logre éxitos electorales y recupere los municipios perdidos».