Los dos acusados por un presunto delito de falsedad y apropiación de oro de un taller de joyería negaron ayer los hechos en la primera sesión del juicio que finalizará hoy en la sección Segunda de la Audiencia provincial de Córdoba. En su declaración, el principal procesado afirmó que «nunca» percibió que se produjeran alteraciones respecto a la gestión de este metal y que tampoco le dijeron los jefes que los inventarios no fuesen correctos, salvo a principios del 2015 cuando le plantearon la necesidad de repetirlo poco antes de despedirle.

En concreto, el fiscal ha solicitado penas de entre tres años y diez meses de prisión para el procesado y la acusada en este caso, por un delito continuado de falsedad documental en concurso con apropiación indebida y un delito de falsedad en documento mercantil, respectivamente, al entender que, supuestamente, él se apropió de distintas cantidades de oro valoradas en más de 82.000 euros del taller de joyería donde trabajó toda su vida y, en el caso de ella, por supuestamente haber firmado un documento «falso». Entre otras ideas, el acusado indicó que «no me explico cómo han podido pensar de mí eso». También señaló que ejercía funciones de jefe de taller «simbólicamente» y que «todos» tenían acceso al programa informático con el que trabajaban.