El hombre de unos 47 años acusado de un delito de asesinato en grado de tentativa, tras supuestamente apuñalar a su hijo de 15 años, y un delito de homicidio en grado de tentativa, presuntamente cometido sobre su mujer con un cuchillo, todo ello con "la eximente incompleta de trastorno mental", ha dicho ante los magistrados que "nunca" ha tenido intención de matar a su esposa e hijo.

Durante el juicio en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba, que ha quedado visto para sentencia, el procesado ha explicado que meses antes de los hechos acudió al hospital por su propia cuenta porque "tenía pensamientos malos de hacer daño" a su familia, una situación que "no comprendía", ha aseverado.

Si bien, sobre el día de los hechos ha manifestado que tiene "recuerdos muy vagos", de forma que no recuerda que apuñalara a su hijo, ni intentara acuchillar a su mujer en un forcejeo, a la vez que tampoco recuerda declaraciones que ha realizado sobre los hechos en la fase de instrucción de este caso.

Mientras, ha recordado que está "en tratamiento por depresión" desde el año 2005, después de haber sufrido un accidente laboral, pero la relación con su mujer en 14 años de casados ha sido "buena", según ha apuntado ante los jueces, ante quienes se ha descrito como "una persona tranquila". También, ha declarado que en estos momentos se encuentra "mejor" debido a "un nuevo tratamiento de hace cuatro meses" y que su mujer y familia le visitan en la cárcel, donde está de modo provisional.

Por su parte, la mujer y el hijo se han acogido a su derecho a no declarar, aunque la mujer ha comentado que su marido le ha pedido "perdón" por estos hechos. Ambos al entrar en la sala le han dado besos y abrazos. Y varios vecinos han relatado que tras los hechos el acusado estaba "tranquilo" y que les extrañó lo que ocurrió, porque "nunca jamás" han escuchado una discusión o gritos en la familia, a lo que han añadido que el procesado "no es violento, ni agresivo".

En concreto, el Ministerio Público ha solicitado para el acusado en su calificación inicial una pena de 19 años y diez meses de prisión, mientras que la defensa ha pedido la absolución.

"EPISODIOS DEPRESIVOS"

Según recoge la calificación del fiscal, a la que ha tenido acceso Europa Press, el procesado, quien convivía con su mujer y el hijo común de ambos en una vivienda de la capital cordobesa, ha sufrido adicción al alcohol y a la cocaína y ha sido objeto de atención psiquiátrica por parte de los servicios de Salud Mental, debido a "severos episodios depresivos que en ocasiones han derivado en conductas autolíticas", algo que "confirma un diagnóstico psiquiátrico de trastorno depresivo recurrente".

De este modo, en julio de 2015, debido a que "el acusado manifestaba experimentar deseos de inferir daño físico a su mujer e hijo, y temía dejarse arrastrar por tales impulsos, ingresó por propia iniciativa en la unidad de hospitalización psiquiátrica del Hospital de Reina Sofía de Córdoba, adonde fue conducido por su cónyuge". Allí permanecieron hasta el siguiente día, en el que "por haber dado muestras de una cierta mejoría, solicitó el alta voluntaria, regresando entonces ambos al domicilio familiar".

No obstante, en la tarde de ese mismo día, el procesado volvió a "experimentar en su interior pulsiones de causar daño a su mujer e hijo", por lo que "instó de modo insistente a su cónyuge a que lo trasladase de nuevo al Hospital Reina Sofía, en cuya unidad psiquiátrica reingresó voluntariamente, permaneciendo en la misma a lo largo de 48 días con un intervalo en el mes de agosto, en que gozó de un permiso que no llegó, sin embargo, a completar debido a que experimentaba de nuevo malestar psicológico y por ello solicitó su reingreso en el centro hospitalario antes de que expirase el permiso".

Tras ello, en septiembre de 2015 el hombre obtuvo un permiso terapéutico que le autorizó a regresar al domicilio familiar y permanecer con sus familiares hasta el siguiente día, fecha en la que debía retornar al establecimiento hospitalario a las 13,00 horas a fin de someterse a una revisión.

Sin embargo, el citado día la mujer y su hijo estaban en la habitación de éste último "realizando tareas domésticas" e hizo acto de presencia "repentinamente" el acusado empuñando un cuchillo de cocina de 36 centímetros de longitud y 23,5 centímetros de hoja, de modo que "impulsado por un designio de quitar la vida a sus familiares asestó sin mediar palabra una cuchillada a su hijo de 15 años en el abdomen cuando el menor estaba desprevenido junto a la entrada de la habitación conversando con su madre", según el fiscal.

"Al escuchar el alarido de horror emitido por su hijo, la mujer, que se encontraba de espaldas a la entrada de la habitación, se giró alarmada y descubrió al procesado empuñando un cuchillo ensangrentado, así como sangre en el suelo", al tiempo que el hijo menor huyó. Así, ella intentó arrebatarle el cuchillo a su marido y comenzó a forcejear con él, momento en el que ella cayó al suelo boca arriba y el hombre se colocó encima y supuestamente le intentó clavar el cuchillo en el pecho.

Al respecto, la mujer "oponía una eficaz resistencia a su marido", de manera que le arrebató el cuchillo y éste emprendió la huida, perseguido por la mujer, mientras que el hijo se encontraba en la casa de unos vecinos que le auxiliaban. Además, los vecinos aseguraron con un candado el cierre de la parcela en la que ocurrieron los hechos, donde quedó retenido hasta que llegó la Policía Nacional.

"PERTURBADAS SUS FACULTADES"

Según apunta el Ministerio Público, "en el momento en el que sucedieron los hechos, el acusado tenía gravemente perturbadas sus facultades cognitivas y volitivas, hallándose muy afectada su capacidad de percibir y comprender la realidad, así como su capacidad de libre actuación", aunque precisa que "tales facultades no llegaron a quedar por completo anuladas".

Como consecuencia de la herida con arma blanca, el menor ingresado en el hospital en estado grave, "con riesgo apreciable" por su vida. Y la mujer, que ha renunciado a las acciones penales y civiles que pudieran corresponderle, sufrió erosiones en distintos puntos del cuerpo.

Además de las penas de prisión, la Fiscalía solicita para el hombre, en prisión provisional desde septiembre de 2015, un total de 18 años de internamiento en un centro psiquiátrico adecuado para el tratamiento de sus dolencias y una orden de alejamiento de nueve años sobre el hijo y de tres años y seis meses sobre la madre.