Una magistrada ha absuelto a dos médicas acusadas por el fiscal de un delito de imprudencia profesional con resultado de muerte, después de que un paciente al que atendieron en Urgencias del hospital Reina Sofía falleciera, según el ministerio público, como "resultado de no haber realizado las pruebas" oportunas. El fiscal, que pedía un año de cárcel para cada una de las acusadas, sostenía que el joven llegó con "sospecha" de trombosis y le dieron relajantes. Sin embargo, la sentencia asegura que no se puede establecer que la actuación de las médicas fuera imprudente, pues "con la clínica que se ha probado que presentaba el paciente no cabía sospechar la existencia de TVP" (trombosis venosa profunda) y "ni tan siquiera después de celebrado el juicio se puede concluir que alguna vez lo tuvo", con lo que "no estaba indicado practicarle pruebas de diagnóstico de TVP cuando la sintomatología clínica indicaba un problema osteomuscular". La magistrada añade que "lamentamos lo ocurrido y cabe expresar a la familia el dolor por la pérdida, pero la medicina no es ciencia exacta".