Cruz Roja ha detectado, a través de su Unidad de Emergencia Social (UES), un notable aumento en los últimos meses de personas sin hogar nacionales durmiendo en las calles de Córdoba. Según la entidad, aunque cuando se puso en marcha este dispositivo en el año 2010 "predominaban claramente las atenciones a población inmigrante", ahora en torno al 85% de los indigentes que reciben el apoyo de la institución humanitaria son cordobeses a los que la crisis y otras circunstancias han conducido a esta situación de extrema vulnerabilidad. La mayoría de estas personas tienen edades comprendidas entre los 30 y 40 años y, en un buen número de casos, problemas de salud mental añadidos. La unidad, conformada íntegramente por voluntariado, recorre tres noches a la semana las calles de la capital para ofrecer a la población sin techo comida y bebida reparadora, mantas y apoyo humano. Asimismo, en estas últimas semanas --gracias a una financiación de la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales-- la entidad ha repartido entre las alrededor de sesenta personas sin hogar que atiende cada martes, jueves y sábado un neceser con productos de higiene y sacos de dormir.

INTEGRACION Este dispositivo móvil --que cuenta con financiación del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y fondos propios de la organización-- sirve además de enlace para intentar, en la medida de lo posible, integrar al colectivo de personas sin hogar en la red de asistencia normalizada, con objeto de promover de este modo su inclusión en la sociedad.

En conjunto, el voluntariado de la entidad realizó el pasado año más de 7.500 intervenciones con población sin techo en la capital, y en lo que va de año se ha atendido ya a más de 700 personas distintas.

La Unidad de Emergencia Social es una más de las diversas iniciativas puestas en marcha por la institución humanitaria para dar respuesta a las nuevas necesidades y nuevos perfiles de solicitantes de ayuda derivados de la crisis económica.

A día de hoy, son setenta las personas que participan como voluntarias en este proyecto, que se realiza en coordinación con la Policía Local, Cáritas y otras entidades públicas y privadas de la localidad (albergues, centros de servicios sociales, asociaciones de inmigrantes-).