Un total de 85.500 estudiantes de Córdoba se beneficiarán este año del Programa de Gratuidad de Libros de Texto, al que la Consejería de Educación tiene previsto destinar en la provincia casi 8 millones de euros, según la información facilitada por la Junta de Andalucía. Los beneficiarios del programa son todo el alumnado matriculado en los centros de Educación Primaria, Secundaria y Formación Profesional Básica sostenidos con fondos públicos, así como los estudiantes con Necesidades Educativas Especiales matriculados en los cursos del periodo de Formación Básica obligatoria.

Los libros de texto son, de esta forma, propiedad de la Administración y deben permanecer en los centros docentes cuando acaba el curso. Los beneficiarios del programa, según ha destacado la delegada de Educación, Esther Ruiz, «están obligados a garantizar un uso adecuado y cuidadoso de los libros de texto, devolverlos al centro a final de curso o antes, si se produce una baja o traslado, y a reponer los libros que se extravíen o se deterioren de forma malintencionada. Quienes lo deseen, pueden renunciar de forma voluntaria al programa y comprar los libros.

El curso pasado, Educación renovó los libros de primero y tercero de la ESO (Educación Secundaria Obligatoria) y este año se renovarán los de segundo y cuarto de esta misma etapa. Por su parte, los libros de primero y segundo de Primaria se adquieren cada curso mediante el sistema de cheque-libro.

Las familias pueden adquirir los libros de texto en cualquier establecimiento de su elección, canjeándolos por el cheque-libro. A continuación, las librerías remiten a los centros escolares las facturas para su abono antes del 31 de octubre.

Este año, la Consejería de Educación ha cambiado el sistema de abono de estas facturas con la intención de agilizar los pagos a los libreros, según ha informado la presidenta de la Asociación de Libreros de Córdoba (Aplico), Hermenegilda Moreno. Según ha indicado, «la Junta ha acordado con la federación de libreros andaluces que los establecimientos puedan presentar las facturas de forma escalonada, a medida que se vayan produciendo las ventas, con la idea de ir abonando poco a poco las cantidades justificadas, en un plazo de unos 30 días desde que se presenta la factura». El objetivo es agilizar el cobro de los cheque-libros, una demanda de las librerías, que durante años han tenido que adelantar el dinero para la adquisición de los libros mientras la administración abonaba las cantidades meses después, generando estragos económicos a los negocios. Por este motivo, algunos establecimientos que se habían retirado de la venta de libros de texto han vuelto a ofrecer este servicio a sus clientes. Según Moreno, desde el mes de julio, muchos padres están retirando los libros en las librerías.