Arranca la temporada para los caracoleros cordobeses. Un total de 37 puestos de caracoles repartirán una media de 2.000 kilos diarios de este molusco en Córdoba. Los fines de semana, esa cantidad se puede elevar hasta los 3.000 kilos diarios. La proximidad del inicio de la temporada, que comienza este año el 1 de marzo y se prolongará hasta el próximo 15 de junio, ha hecho que algunos empresarios estén ya instalando sus barras y toldos por toda la ciudad.

Juan Carlos Oliva, presidente de la Asociación de caracoleros cordobeses y propietario de Caracoles Noreña (Isla Fuerteventura), se mostró muy ilusionado con las perspectivas de venta de este año, porque piensan que salvarán las crisis gracias a los precios de los caracoles "competitivos y económicos". Además, desde la asociación esperan que el tiempo continúe estable y que no vengan demasiadas lluvias, que es lo que espanta a los clientes de los puestos de caracoles.

Como cada año, hasta mediados del mes de abril, los caracoles que se servirán en Córdoba procederán de Marruecos. A la provincia los trae fundamentalmente una empresa ubicada en Alcolea, Natucaracol, que los distribuye a diario, ya que los puestos no cuentan habitualmente con cámaras frigoríficas y distribuyen los cerca de 50 kilos que compran el mismo día. A partir de abril, se empezará ya a consumir producto nacional, un caracol más pequeño y sabroso, que viene sobre todo de provincias con un clima más húmedo, como Almería o Alicante.

En otro orden de cosas, el Ayuntamiento de Córdoba solucionó finalmente ayer un conflicto que había surgido entre la hermandad del Calvario, que monta cruz en el entorno de la Torre de la Malmuerta, y el puesto de caracoles que se ubica al lado. El miércoles pasado, la concejalía de Disciplina Urbanística y Licencias denegó al puesto de caracoles su solicitud de volver a instalarse en el mismo lugar. Al parecer, en años anteriores ya se habían producido conflictos de intereses entre ambas barras, por lo que el Ayuntamiento optó por denegar el permiso a uno de ellos. El empresario recurrió alegando que se trata de un negocio familiar que les da trabajo tres meses, frente a los cuatro días que dura la cruz de mayo. Finalmente, ayer se llegó a un acuerdo entre las partes y el puesto de caracoles tendrá licencia pero cerrará el fin de semana de las cruces.