Uno de cada cinco ingresos pediátricos en los servicios de Urgencias está provocado por algún accidente doméstico. Un resbalón en la ducha, la ingesta accidental de medicamentos o una tonta caída mientras se practica algún deporte son algunas de las situaciones más proclives a llevar a un niño al hospital o al centro médico por urgencias. El jefe de las Urgencias pediátricas del hospital universitario Reina Sofía de Córdoba, Alex Francisco Núñez Adán, ofrece este dato aunque advierte de que hay que diferenciar entre accidentes o traumatismos banales e intoxicaciones. Estas últimas, pese a suponer apenas el 0,3% de los ingresos, suelen ser las más alarmantes y normalmente están ocasionadas por la ingesta de medicamentos (accidental o deliberada) o de sustancias tóxicas. "Entre los niños menores de 5 años es más habitual la ingesta de medicamentos, seguida por la de productos tóxicos", comenta. De estos ingresos, un tercio requiere un tiempo mínimo de observación y lo habitual es que los pacientes se vayan a casa sin más consecuencias. "Las intoxicaciones graves, aquellas que obligan al ingreso en la UCI pediátrica, son muy minoritarias", constata el doctor Núñez.

CAUSA DE MUERTE Un estudio reciente de la Fundación Mapfre y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria determina que este tipo de accidentes son en España la tercera causa de muerte entre los menores de 15 años. Dicho informe, en el que han colaborado más de 200 pediatras de atención primaria que trabajan en centros de salud de toda España, confirma además que la edad de los niños es un factor de riesgo para sufrir determinados tipos de accidentes. Las caídas y los golpes, por ejemplo, son los accidentes más frecuentes a cualquier edad; las intoxicaciones se producen con mayor frecuencia en los menores de dos años; y los ahogamientos, atragantamientos y quemaduras son más habituales entre los dos y cuatro años.

"El problema de los bebés y niños pequeños es que no saben explicarnos qué les pasa. Eso provoca mucha angustia entre los padres y hay que saber interpretar señales como el llanto, la falta de alegría o de apetito", recomienda el doctor Núñez. Ante un accidente doméstico es aconsejable mantener la calma y no dejar nunca al niño solo. Si ha perdido el conocimiento asegurarse de que respira adecuadamente, en caso necesario hacer la maniobra de reanimación o si es un accidente craneal tratar de no moverlo son algunos de los consejos más básicos.

PEOR, EN VERANO Si hay una época del año en la que son más frecuentes este tipo de accidentes domésticos entre la población infantil es el verano. Ese mismo estudio de Mapfre dice que en estos meses se producen 1 de cada 3 accidentes en los más pequeños. La explicación es lógica: durante esta estación los niños pasan más tiempo en la casa y, con el buen tiempo, es más frecuente la práctica de deportes al aire libre o en piscinas y playas. Con estas condiciones aumenta el riesgo de problemas con consecuencias traumatológicas de distinta gravedad, explica el doctor Núñez. Es curioso cómo el sexo puede influir también en esta casuística, ya que al parecer un 55% de los accidentados son niños y un 45%, niñas.