Un Enrique Ponce exultante declaró que a su segundo, el del triunfo, «lo reduje, lo paré y pensé que si aguantaba era toro de faena grande. Creo que se le hicieron muy bien las cosas. Creo que le hice el toreo que yo imagino», por lo que se mostró «muy feliz por haber toreado así, y más siendo en Córdoba».