Nuevo triunfo de puerta grande para Pablo Hermoso de Mendoza en Los Califas, ayer tras cortar dos orejas al cuarto de la tarde por una labor muy completa. También Manuel Manzanares obtuvo dos trofeos, uno y uno en cada toro de su lote, y Lea Vicens, otro en su segundo. A ambos les pidieron el doble trofeo en quinto y sexto, respectivamente, pero el presidente estuvo acertado en no concederlo porque en ambas actuaciones hubo lagunas.

Poco pudo hacer Hermoso de Mendoza en el que abrió plaza, el menos colaborador del encierro. No tuvo chispa ni apenas codicia el animal, así es que la faena resultó sosa, sin pasar de la corrección. En cambio, en el cuarto, de buen juego, el navarro ofreció una actuación importante. Con Disparate no solo clavó siempre arriba sino que toreó mucho de costadillo, tiró del animal con maestría para ponerlo en suerte y se adornó entre los encuentros con brillantez y mucha solvencia. Además, montando a Donatelli destacó en las piruetas de salida y con Pirata estuvo resuelto en un par de banderillas cortas a dos manos. Labor muy maciza y entregada que puso en sus manos el doble trofeo para sumar su sexta puerta grande en Córdoba.

Lo de Manuel Manzanares en el quinto, en el que también le pidieron dos orejas, no tuvo punto de comparación. El toreo entre suertes le salió poco templado y en los encuentros faltó más ajuste. Estuvo vibrante y se apoyó mucho en el público, adornándose lejos de la cara del animal, pero la labor no pasó de superficial en lo fundamental. En su primero, al que paró muy bien de salida, tuvo altibajos, y solo al final interesó más clavando las cortas, prendiendo la última en un terreno comprometido.

De su lado, la rejoneadora Lea Vicens se mostró bastante verde. En el tercero hizo quiebros muy lejos de la cara del toro y clavó irregular. Y en el sexto, aunque se prodigó en los adornos de cara a la galería, le costó mucho preparar las suertes y encontrar toro, dejándose sorprender en varias ocasiones.