En un emotivo acto se convirtió ayer la tradicional entrega de reconocimientos que la Asociación de Casetas Tradicionales realiza cada año con la intención de premiar a personas o colectivos que hayan destacado por su labor en la feria, así como a la mejor caseta tradicional no perteneciente al colectivo. Los afortunados en esta edición han sido la caseta La Astillera, que ha instalado este año la Asociación de Joyeros después de 25 de ausencia, y el personal de la concejalía de Promoción de la Ciudad, «los trabajadores que realmente hacen posible la feria», destacando especialmente a Diego Ortega, que se jubila este año, señaló el presidente del colectivo, Rafael Bocero. Por otro lado, Bocero defendió que La Astillera reúne los valores que la asociación quiere fomentar en el recinto ferial, «con una bonita decoración» y donde durante el día suenan sevillanas y rumbas. Al acto de entrega, que se convirtió en un homenaje a Ortega, asistieron autoridades como la alcaldesa de la ciudad, Isabel Ambrosio; el primer teniente de alcalde, Pedro García; y el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, que pasaron un buen rato escuchando las anécdotas que sobre Ortega relató el jefe del departamento de la delegación de Promoción de la Ciudad, José Francisco Ortiz, y su compañero Antonio Díaz. «Nos dejas un sentimiento agridulce», dijo Díaz, «ya que nos alegramos de que, a partir de ahora, puedas dedicarte a lo que te gusta, aunque se va un gran compañero que va a ser complicado de sustituir». Ortega, trabajador municipal desde el año 1982, agradeció muy emocionado el reconocimiento, asegurando que «este importante premio es para todos». Por último, El Lagarillo, sede del colectivo de Casetas Tradicionales, recibió el premio que otorga el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Montilla-Moriles.