La casualidad quiso que en un mismo día coincidiera, dos cortejos rocieros en la ciudad. El de la hermandad del Rocío, que emprendía su viaje hacia la aldea de Almonte, y el muchísimo más corto pero también repleto de color, alegría e ilusiones 22º Encuentro Rociero Camino del Arenal.

Así, a las 14.30 horas, y partiendo desde la Puerta del Puente, las 24 agrupaciones de este año emprendieron la marcha hacia la Feria. La cara de sorpresa de propios (porque hay muchos cordobeses que aún desconocen este espectáculo) y extraños lo decía todo, especialmente en el caso de los turistas, cuyos móviles gastaban batería a todo trapo.

Lo peor fue el calor reinante, con algunos participantes que lo sufrían más que otros, como Loli Cañero, bombo del coro La Alegría de la Viñuela, que pese a todo afirmaba que «lo malo no lo padecemos los cordobeses de fiesta. Para cosas como ésta hemos estado ensayando todo el año». Y eso que el coro de La Viñuela era el primero de la comitiva, y por tanto, el que antes entró en la caseta municipal a la fresquita recepción, con aire acondicionado, que estaba preparada. Allí les esperaba, una vez más, como magnífico maestro de ceremonia Manuel Serrano, quizá la figura más querida en este colectivo.

Uno a uno llegarían después los coros rocieros de La Alegría de Reina Sofía, Sol y Luna, Nuevo Amanecer de Fátima, Amigos de San Lorenzo, Virgen de la Cabeza, Arco Iris, Alba, Ritmo y Compás, Vistasierra, Savia Cordobesa, La Unión, Aromas de Azahar, Volver a Empezar, Amigos de San José Obrero, Alminar, Paz y Esperanza, Las Jaras, Yerbabuena, Cantares, El Arte de Nuestra Tierra, Azahar, Amigos del Rocío y San Vicente Ferrer.

Por cierto, estos tres últimos coros fueron los que cerraron por la tarde con sus actuaciones en la Caseta Municipal el maratón de Coros 2017, un evento que, no hay que olvidarlo, mueve en Córdoba a medio millar de aficionados a esta música tradicional.