Esta caseta tradicional, ubicada en el número 8 de la calle Puente Romano, es impulsada por la Asociación Cultural Taurina Ignacio González y tiene entrada libre. Rafael Candelario, uno de sus responsables, señala que el ambiente es familiar y aquí «somos muchos amigos». El público puede escuchar música variada que va desde las sevillanas al «pachangueo» y también han tenido dos conciertos hasta el momento.

A mediodía se puede encontrar a sus visitantes almorzando en mesas decoradas con motivos florales. Después de la comida, comienza el baile y por la noche «el ambiente es más movido», explica Candelario. En cuanto al perfil de las personas que acuden a este recinto, el responsable apunta que se trata de un público adulto. También destaca que en esta edición «se está viendo un poco más de alegría».