Si la gente supiera lo que cuesta hacer una sola de las carrozas... Son miles de horas de trabajo y convivencia. ¡Cómo no vamos a tener ganas de enseñarlas!», decía Concepción Millán Lara, de la peña Ritmo y Compás y directiva de la Federación de Peñas, dando unas pinceladas de lo que hay detrás de cada una de las carrozas que ayer participaron en la Batalla de las Flores, que va mucho más allá de desfilar en este acto o en las romerías de Santo Domingo y Linares, ya que marca las ilusiones y la vida social de cientos de peñistas buena parte del año.

Así, se comprende la alegría que derrocharon ayer las peñistas, pese a los feísimos nubarrones que cubrían el cielo, durante la Batalla de las Flores, la Cabalgata Anunciadora de las fiestas de Mayo (nombre oficial) que desde 1988 recupera, con un formato adaptado a los tiempos, una vieja tradición festiva.

Formalmente, el carrusel de ayer, que dio dos vueltas al Paseo de la Victoria, lo abría la banda del Cristo del Amor, a la que seguía en un carruaje (ofrecido por Córdoba Ecuestre tras la gestión de su presidente, Rafael Blanco) la vocal de Juventud de la Federación, Laura Caballero, con el banderín de la entidad. Después desfilaron la carroza de la Reina de la Federación de Peñas seguida de las de las peñas Los de Santiago, Alminar, De las Peinas y Volantes, Fosforito, Romeros de la Mezquita, Amigos de San Lorenzo, Las Quemadas, Ritmo y Compás, Romeros de la Paz, Cultural Flora, Amigos de Fátima, La Alegría de la Viñuela y Fuente de la Salud. Todo ello con 100.000 claveles como armamento bélico de lasingular batalla, de los que se lanzaban solo la flor para evitar accidentes. Curiosamente, llamaba la atención la gran cantidad de participantes y público con gafas de sol, más que por el radiante día de ayer por, a buen seguro, la experiencia de años para protegerse los ojos de algún clavelazo.

Fue una de las cientos de anécdotas de la jornada, entre las que también estuvieron las caras entre sorpresa, admiración e interés comercial del grupo de periodistas de publicaciones especializadas alemanas que, invitados por la Diputación para promocionar Córdoba, se sumaron a la fiesta. Fue, en resumen, una muestra «bélica pero pacifista», como definió la alcaldesa, Isabel Ambrosio, que encabezó en el palco de autoridades (blanco de muchos y vigorosos lanzamientos de claveles) una nutrida representación municipal, junto al subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, y con un eufórico presidente de las peñas, Alfonso Morales.

Eso sí, no todo fue alegría. La prohibición nueva de que los peñistas regresen a sus barrios montados en las carrozas sorprendió a los participantes y causó un enorme malestar, informaron responsables de las peñas.

Capítulo aparte, más de un asistente al carrusel aprovechó después para visitar las cruces, todo ello en una jornada en la que terminó el certamen de Academias de Baile y que sirve de antesala al inicio, en la jornada de mañana, de los concursos de Patios Cordobeses y de Rejas y Balcones.