Estábamos cinco en una tienda Nort Face de 3 personas. Yo estaba en el extremo trasero junto a la puerta del ábside, encargo como siempre, de uno de los infiernillos para la cena y el desayuno, por lo que tuve que, además del saco de plumas, ponerme el mono de plumas para pasar la noche. Por supuesto no dormimos. El viento racheaba con fuerza desde que anocheció y, cuando dieron las dos de la mañana, hora prevista de salir para la cumbre, todo indicaba que no era recomendable salir, o eso nos parecía a nosotros. Y, sin embargo, nos quedó la duda. Estábamos a 7.600 metros de altura en al Campo III del Cho Oyu y solo nos separaba de la cumbre 600 metros. Eramos cinco principiantes en su primera expedición a un ochomil y nos quedó la incógnita de si podíamos o no haber hecho cumbre esa fría mañana del mes de mayo de 2001. José Antonio Campos y yo lo hablamos cada vez que surge el tema y siempre pensamos que tal vez, con algo más de experiencia, lo hubiésemos hecho. Pero lo único cierto es que, aunque puede haber decisiones más acertadas que las que uno toma en un determinado momento, la que tomamos esa noche lo fue, porque eso nos ha permitido hacer otras muchas montañas y nos permite ahora, en el pos-monzón de 2007, volver a intentarlo.

Resulta un gran esfuerzo personal y de las personas que nos rodean participar de nuevo en una expedición de esta envergadura, pero es el mejor momento y el mejor sitio para preparar el Everest de la próxima primavera. Este esfuerzo puede ser comparable con el propio de subir la montaña y, a estas alturas del proyecto, no es menos admirable la implicación decidida del Ayuntamiento, Procordoba, el IMD y Emacsa que patrocinan todo el proyecto y de mis compañeros de trabajo (surVertical) que hacen posible que pueda vivir este privilegio. A ellos y a los medios de comunicación que están volcándose con una información veraz y seria irá dedicada esta cumbre. Y si no lo consiguiéramos y a pesar de eso, seguramente, tomaremos las decisiones acertadas para volver y seguir trabajando e ilusionándonos con todos vosotros.