Los Andes siempre han acogido con hospitalidad a los montañeros cordobeses. Recorren Sudamérica de norte a sur con unas montañas tan mágicas y encantadoras como los pueblos que las habitan. La Cordillera Blanca es en realidad una subcordillera de los Andes. Es la mayor y más alta cadena montañosa comprendida entre los trópicos y la mayor concentración de montañas de todo el subcontinente. Con 35 picos por encima de los 6.000 metros, casi toda su extensión está limitada por el Parque Nacional del Huascarán, sin duda la zona más alpina de toda Latinoamérica. Sus valles, de claro origen glaciar, son denominados como quebradas y en el Oeste el Callejón de Huaylas, fértil y poblado desde tiempos remotos, donde se agrupan las grandes aglomeraciones que sirven de punto de partida para las ascensiones: Huaraz, Carhuaz y Caraz. El Parque, de 340.000 hectáreas y fundado en 1975, sitúa su límite en la línea de los 4.000 metros de altitud

El Alpamayo, junto al Huascarán, es la montaña más famosa de toda la Cordillera Blanca. Su nombre viene del Quechua (preinca) y viene a significar río de tierra o río turbio . Es considerada una de las montañas más bellas del mundo, en ese ránking particular en el que entran, por su belleza, el Cervino o el Ama Dablam. En verdad, la pureza de sus líneas de hielo y sus espectaculares atardeceres hacen del Alpamayo una montaña surgida de un sueño. Y nuestro sueño será ascenderla lo más ligeros posible por la ruta Ferrari, situada en la cara Suroeste. Los dos primeros tercios de la ruta ascienden por pendientes de hielo de entre 45 y 50º de inclinación, para ponerse al final a 65-70º, antes de alcanzar la aérea arista que se escala por el Norte y da acceso a la cumbre. El descenso ha de hacerse por la misma ruta con rápeles hasta la base.

El Alpamayo será nuestro objetivo principal aunque no descartamos, si vamos bien de tiempo, ascender algún 6.000 de la zona o el Huascarán si el tiempo nos lo permite. En ese caso lo intentaríamos por la ruta del Escudo, catalogada como de difícil superior, más atractiva y menos masificada que su ruta normal.

La Junta de Andalucía, a través de Deporte Andaluz, junto a la Diputación de Córdoba, van a patrocinar esta singular expedición cordobesa que se encuadra dentro del programa de preparación para el Everest 2008 y que está avalada por la Federación Andaluza de Montañismo. Y no será la única de este año, aunque aún están sin definir todas las posibilidades que dará de sí el 2007, casi seguro que volvemos al Aconcagua de nuevo.

La expedición cordobesa partirá con dirección a Perú mañana. Pretende estar de vuelta en Córdoba el día 21 tras finalizar con éxito esta nueva aventura.