En los poco más de cuarenta días que lleva en el cargo, el nuevo alcalde de Cádiz, José María González Santos Kichi , se ha tenido que acostumbrar a ser noticia hasta por jugar en un parque con sus hijos. Sobre la situación del Ayuntamiento gaditano, afirma en una entrevista con Efe que "venía preparado para lo peor y me estoy encontrando con lo peor". "A un Ayuntamiento se llega con la pretensión de cambiar muchas cosas y, cuando estás dentro, te das cuenta de que tienes que cambiar muchas más", explica González Santos en su despacho del Ayuntamiento de Cádiz, el mismo que durante veinte años ha ocupado la popular Teófila Martínez.

Sus inicios en la Alcaldía, a la que llegó gracias al apoyo del PSOE y con un gobierno sin mayoría en el que ha incluido a Ganar Cádiz en Común, no están siendo fáciles, a juzgar por la tensión de los dos plenos que ha necesitado para sacar adelante su propuesta de organización del consistorio, con un ahorro de 300.000 euros de las remuneraciones de ediles y grupos políticos. "Han sido 40 días muy duros, pero muy ilusionantes también, trabajar por tu ciudad nos da mucha fuerza", explica este profesor de Historia de secundaria de 39 años y que durante los últimos tres años fue liberado sindical de Ustea.

"MEJOR INOCENTES" En estos primeros días algunas confusiones y tropiezos han delatado que él, como la mayor parte de su gobierno, es nuevo. Pero defiende la inocencia. "Mejor inocentes que corruptos", respondió esta semana después de un pleno en el que los populares ironizaron con que su gobierno no sabía apenas sumar.

"No traemos fórmulas magistrales, ni varitas mágicas. Traemos la experiencia acumulada de muchos años de pensar y repensar soluciones alternativas a los problemas y ahora, como gobierno, tenemos la oportunidad de hacerlas realidad", asevera. El líder de Por Cádiz sí se Puede, la marca de Podemos en la capital gaditana, incluye en estas medidas que quiere poner en práctica las que "diversas organizaciones y asociaciones llevaban años planteando y que siempre terminaban en un cajón".

De momento, sus medidas más destacadas han sido un plan, con la Junta de Andalucía, para alimentar a los menores en riesgo de exclusión que en verano no cuentan con los comedores escolares e iniciar el camino para poner en marcha un protocolo y una oficina antidesahucios.

Kichi afirma que "desgraciadamente venía preparado para lo peor" y se está encontrando "con lo peor", con un Ayuntamiento en el que "la mayoría de las políticas eran cosméticas, orientadas a esconder bajo la alfombra los problemas, las miserias y las urgencias del pueblo" en una ciudad "con unos niveles de exclusión social insostenibles".

Dice haber encontrado "varias sorpresas" en la revisión de las cuentas municipales del anterior gobierno y con "elementos" que les hacen pensar que están "ante una situación de emergencia institucional", pero no quiere avanzar nada porque están aún "en fase de investigación".

Se sabe constantemente bajo el punto de mira de los medios de comunicación y de los vecinos. "Lo llevo bien, he perdido mi intimidad, mi autonomía. Pero lo que me preocupa no es eso, es algo que acompaña al cargo, sino el uso que se hace de eso", señala. Se refiere a quienes criticaron que un alcalde tuviera tiempo para estar con sus hijos en el parque semanas después de llegar al cargo. "La política te tiene que permitir también ser persona y, en mi caso, me tiene que permitir ser padre", afirma.