Sus sierras, sus miradores, sus pueblos, sus fiestas, su flora, sus ríos, sus rutas, su patrimonio, su gastronomía, sus lugares para ocio, su gente... Todo ello unido hace que el Valle de Lecrín, en Granada, sea un atractivo lugar desde el punto de vista turístico. Rico en vegetación, agua y sol, pocos lugares hay en el mundo en los que en solo quince kilómetros se pueda pasar por todos los climas que existen: cálido, templado y frío.

Este enclave granadino cuenta con 17 pueblos, reunidos en ocho municipios. Se trata de Padul, Dúrcal, Nigüelas, Lecrín (compuesto por los pueblos de Acequias, Mondújar, Talará, Murchas, Chite y Beznar), el Pinar (lo forman los pueblos de Pinos del Valle, Izbor, barrio de los Acebuches y el pueblo abandonado de Tablate), el Valle (integrado por Melegís, Restabal y Saleres), Albuñuelas y Villamena (con dos pueblos, Cozvijar y Conchar).

Como destino, todas estas localidades son una buena opción, pero nos vamos a detener en Dúrcal. Este municipio se erige sobre los profundos cauces que ha excavado el mismo río del que ha adoptado su nombre. Su sierra, perteneciente al Parque Natural de Sierra Nevada, lo protege de los vientos fríos del norte y constituye un paso intermedio entre Granada y la costa. La belleza paisajística del lugar invita a los visitantes a hacer escala en este enclave, donde la hermosura del Valle del río Dúrcal le cautivará. La Sierra le conquistará para realizar actividades por sus numerosas rutas y descansar en los confortables alojamientos rurales y hostales.

Este municipio, de unos 6.000 habitantes, está organizado en cinco barrios históricos: La Plaza, Almócita, El Darrón, La Ermita y Marchena. El Puente de Lata, el Puente Romano, el Peñón de los Moros, el Fuerte de Márgena, la ermita de San Blas, la iglesia parroquial de la Inmaculada, los Molinos del siglo XVIII, los Baños de Urquizar o de Vacamía y el Pilar de la Plaza, son los principales puntos de interés que se encuentran en esta localidad.

La gastronomía de Dúrcal también es un atractivo para el visitante. Su mesa es variada, con comidas típicas elaboradas con los ingredientes más naturales.