Las urgencias de los hospitales andaluces reforzarán la vigilancia y la identificación de pacientes, con especial atención a los más vulnerables y a los que acudan solos, y para ello la Junta plantea medidas como pulseras de colores con sus datos, zonas diferenciadas según gravedad y un control periódico.

Este anuncio ha sido realizado hoy por la consejera de Salud, Marina Álvarez, tras reunirse con responsables médicos y de enfermería de estos servicios en los hospitales y centros de salud para hacer balance del Plan de Alta Frecuentación y analizar los nuevos protocolos necesarios.

Entre las propuestas que la Junta ha trasladado a los profesionales se incluye el uso de pulseras con el nombre y apellidos de cada paciente para asegurar la identificación.

Además, se establece que el equipo asistencial asignado a cada paciente desde su clasificación es el que debe prestarle los cuidados que requiera durante su estancia en Urgencias, por lo que se instaurará un control periódico para conocer su situación.

Entre las alternativas se está estudiando designar personal específico dedicado a ello o realizar rondas periódicas.

La consejera ha subrayado que es muy importante agrupar en zonas diferenciadas a aquellos pacientes más vulnerables y frágiles, con problemas de comunicación o que acuden solos a Urgencias, por lo que contarán con una vigilancia "más estrecha y permanente".

Las pulseras de diferente color ayudarían a asegurar que los pacientes se encuentran en salas de espera diferenciadas, agrupados según la gravedad clínica.

En cuanto al protocolo de altas, cuando no se localice al paciente tras varias llamadas se exigirá que los profesionales realicen una "búsqueda activa" paciente a paciente.

También se plantean controles a la salida, localización por radiofrecuencia y tener anotados los teléfonos de los pacientes y de sus acompañantes.

TRAS LOS INCIDENTES EN ANTEQUERA Y ÚBEDA

Estas propuestas, que deben perfilarse ahora con los responsables de Urgencias, se plantean diez días después de que un hombre de 44 años falleciera en el Hospital Carlos Haya de Málaga tras sufrir un ictus y permanecer cinco horas sin atención en la sala de espera del Hospital de Antequera, donde se encontraba sin acompañantes, y un mes después de que una mujer de 64 años muriera en urgencias del Hospital San Juan de la Cruz de Úbeda (Jaén) tras 12 horas esperando en una camilla y sin que nadie se percatara de su presencia.

Álvarez ha señalado que ante incidencias graves deben asumir la responsabilidad que les corresponda "y exige el análisis e introducir mejoras para que no vuelva a ocurrir".

Ha incidido en "la necesidad de implantar y reforzar de la forma más inminente posible nuevos protocolos para corregir lo que haya fallado", y ha insistido en que son necesarios nuevos protocolos para evitar que estos incidentes vuelvan a producirse.