La Consejería de Salud ha elaborado la primera guía que establece un protocolo para que los médicos sepan cómo actuar ante los casos de asistencia a un paciente, sea urgente o no, en la que rechacen expresamente las transfusiones de sangre y sus hemoderivados. El documento, elaborado por el Comité de Bioética de Andalucía tras una solicitud elevada en el 2010 por los Testigos de Jehová, ha sido consensuado por un compendio de profesionales, juristas y expertos en bioética, a fin de garantizar los derechos de los pacientes y dar cobertura jurídica a los sanitarios.

Aunque el principal colectivo al que va dirigida esta medida son los Testigos de Jehová (30.000 en Andalucía) que por cuestiones religiosas rechazan las transfusiones de sangre, la consejera María Jesús Montero señaló que la guía también da respuesta a otras personas que, por convicciones ideológicas o por reparos a recibir sangre de otras personas, muestras igualmente ese rechazo.

El protocolo establece que en los casos de pacientes adultos y capaces de expresarse, serán ellos los que decidan si rechazan la terapia con sangre. Si el enfermo está impedido para decidir, se atenderá al testamento vital, si lo hubiera, o a representantes del paciente. Ante una atención sanitaria de emergencias, por ejemplo tras un accidente de coche en el que a la persona se le tiene que realizar necesariamente una transfusión de sangre para salvarle, primará el derecho a la protección de la vida, aunque el enfermo tuviese una placa identificativa que diga que rechaza las transfusiones. Montero animó a los médicos a que conozcan las distintas técnicas alternativas que existen a la transfusión sanguínea como los filtrados de la propia sangre del paciente. Aún con todo, el médico puede alegar la figura de la objeción técnica.