En medio de la bahía de Cádiz, frente a la fábrica de Airbus Puerto Real, espátulas y águilas pescadoras convivían en la isla de la Covacha hasta que hace dos años un temporal la inundó. Ahora, los trabajadores de esa factoría han decidido hacer una colecta para que la isla emerja de nuevo y esas aves puedan recuperar el hogar perdido.

El temporal que azotó la bahía de Cádiz en 2015 rompió las compuertas que controlaban la entrada de agua a la isla de la Covacha, un lugar de gran valor para la anidación de aves.

La asociación Salarte, el Fondo para la Custodia y Recuperación de la Marisma Salinera, autorizada por la Junta de Andalucía para la gestión integral como reserva para la biodiversidad marina y acuática de la Covacha, elaboró un proyecto para que la isla pudiera emerger de nuevo. Es una obra pequeña, pero compleja, porque se tiene que hacer de manera artesanal, como detalla el presidente de Salarte, Juan Martín.

«Se tiene que hacer con cinco personas, sin maquinaria, para reunir escolleras, fangos vírgenes, empalizados con los que recuperar la puerta de afuera, cerrar el perímetro y lograr que la lámina de agua sea permanente y pueda volver la colonia de espátulas a esta zona», concreta. Salarte contactó con Airbus para dar a conocer este proyecto de recuperación de una isla, que se puede observar al detalle con telescopios desde las ventanas o la azotea de la factoría, y de ahí surgió la posibilidad de que los trabajadores de Puerto Real pudieran contribuir al proyecto mediante el sistema de crowfunding, una colecta con fines medioambientales. La dirección de la empresa se ha comprometido a aportar la misma cantidad económica que recauden sus operarios.