Ricardo Guerrero sirvió de guía a la cumbre del Aconcagua a Charo Madueño en el 2003 y también ha llevado a la segunda cordobesa al coloso americano. Farmacéutica de profesión, la montañera perabeña, con experiencia en Pirineos y el Elbruss, ya divisó la cumbre del Aconcagua a 300 metros en la ascensión femenina que se realizó en el 2005, una espina que ya ha extraído de la memoria.