El líder del PSOE, Pedro Sánchez, sostuvo ayer que la actualización del sistema público de pensiones requiere de una reforma «urgente» que pase por «reconstruir» el Pacto de Toledo para frenar la merma del poder adquisitivo de los pensionistas, frente a la opción del PP de «seguir endeudándose». Sánchez participó ayer en Granada en la primera de las más de 50 asambleas abiertas a la ciudadanía con las que el partido inicia el año para exponer los retos del país, y que en esta ocasión ha tratado el futuro del sistema público de pensiones.

Durante su intervención ante unos 500 asistentes, según la organización, el secretario general del PSOE desgranó su propuesta para sostener el sistema público de pensiones, que pasa fundamentalmente por la creación de dos impuestos: uno que grave las transacciones financieras y otro extraordinario a la banca. «Si hay un gobierno socialista, la banca rescatará el sistema de Seguridad Social» con este gravamen, según Sánchez, para quien si los españoles pagaron 77.000 millones de euros para rescatar a los bancos, «ya va siendo hora de que los bancos arrimen el hombro».

Y pese a que «las élites políticas y mediáticas dicen que eso es demagogia», Sánchez aseguró que es posible y que para ello es necesario una reforma urgente que pase por reconstruir el Pacto de Toledo que «rompió el PP en 2013» para revalorizar las pensiones, y por introducir medidas como mejorar los sueldos y racionalizar los gastos de modo que algunos vinculados a la Seguridad Social pasen a los presupuestos.Esa, dijo, es la propuesta de la izquierda frente a la de la derecha, que pasa por «seguir endeudándose y permitir que las pensiones sean cada vez menores».

El compromiso del PSOE es que en 2020 el salario mínimo interprofesional sea de mil euros, dijo el líder socialista, que estuvo acompañado por el alcalde de Granada, Francisco Cuenca, y el secretario provincial del partido, José Entrena. Para introducir el debate sobre su propuesta de las pensiones, mostró una fotografía en la que aparece, de adolescente, junto a su madre, que empezó a cotizar con 14 años y se jubiló hace poco, con la intención de contraponer aquella época, en la que existía «el contrato social» con un gobierno socialista, a la actual, en la que hasta los jóvenes «sufren paro de larga duración».

Para Sánchez, que el Gobierno pretenda inyectar 15.000 millones de euros para pagar las pensiones obedece al hecho de que les da «vergüenza» gastar los 8.000 millones en que han dejado el fondo de la Seguridad Social, frente a los 66.000 en que lo dejó «al que decían el manirroto Zapatero».

El de las pensiones, que centró la primera de las asambleas, se enmarca en los diez grandes acuerdos para el país que ha propuesto Sánchez y que incluyen aspectos como la educación o la financiación autonómica. Al término de su intervención, los asistentes le interpelaron por cuestiones relacionadas con el impuesto a la banca, la pobreza energética o el convenio del Estado con la Iglesia, entre otros.