El rey Felipe VI, acompañado de la presidenta andaluza, Susana Díaz, inauguró ayer el Museo Íbero de Jaén, único del mundo dedicado en exclusiva a esta cultura y que abre sus puertas con una exposición temporal con 352 piezas de una veintena de yacimientos de Córdoba, Granada, Sevilla, Málaga y Jaén. El Monarca fue recibido a las puertas del museo por unas doscientas personas que lo esperaban bajo la lluvia, algunas con banderas de España, y ha estado acompañado, entre otras autoridades, por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

Ya en el interior, tras un breve discurso de la presidenta de la Junta, el Rey descubrió una placa en la que de forma escueta se recogía su presencia en este acto. Susana Díaz recordó la importancia del «deseado y esperado» museo, «el único de estas características» que abre sus puertas en «un momento en el que en este país todos buscan las raíces de sus pueblos».

Asimismo, Díaz hizo referencia al lugar donde se ha construido el museo -el solar de la antigua prisión provincial-, «donde podemos también recuperar la memoria histórica de lo que supuso para una tierra como Jaén aquella etapa difícil y negra, la etapa de la dictadura».

La exposición temporal con la que abre el museo La dama, el príncipe, el héroe y la diosa, comienza con cuatro cráteras griegas encontradas en el yacimiento de Piquía en Arjona (Jaén) a través de las cuales han construido una historia que centra al visitante en los cuatro personajes característicos de la cultura íbera. Así se cuenta la historia del príncipe de Piquía, en los últimos años de esta cultura, donde es palpable ya la romanización en un personaje que vestía como un soldado romano pero escribía en íbero, llamado Iltirtiiltir.

LA MUJER ÍBERA / El papel de la mujer en esta cultura, no solo como diosa, sino también como una dama, una persona de carne y hueso, es el objeto de otros de los apartados, donde además se recoge la importancia del matrimonio en el mundo íbero. La exposición finaliza con una alusión al daño que ocasiona el expolio, sobre el que Arturo Ruiz, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Jaén y comisario de la exposición junto a Manuel Molinos, director del Instituto de Arqueología Ibérica, dijo que «los objetos antiguos cuando se expolian se les quita la memoria», pierden su relación con las historias y el lugar donde fueron encontrados.

La procedencia de las piezas es fundamentalmente del Museo de Jaén, pero se incluyen de otras instituciones gestionadas por la Junta, como el Museo Arqueológico de Sevilla, el Museo Arqueológico de Córdoba, Museo Municipal de Baza, Museo Histórico Municipal de Baena, Conjunto Arqueológico de Cástulo (Linares), la Fundación Rodríguez Acosta y el Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica.

El museo, cuya primera piedra se puso en 2009, se inauguró ayer tras años de paralizaciones y retrasos, en una zona donde se encontraba la antigua prisión de más de 11.000 metros cuadrados. La obra ha requerido una inversión de 25,5 millones de euros, aunque aún resta que se realice su musealización para que pueda abrirse de forma completa hasta, al menos, el 2019.