Es una pregunta cada vez más habitual cuando una mujer tiene un hijo: "¿Le estás dando el pecho?" Esta acción se ha convertido prácticamente en un recuperado deber que se imponen las madres que dan a luz y en una "obligación" que deben enseñar las enfermeras y matronas de los hospitales del Servicio Andaluz de Salud (SAS).

En el caso del Reina Sofía, desde que un niño nace invitan y enseñan a su progenitora a que le dé de mamar, argumentándole los beneficios que aportará esta nutrición a su bebé, sobre todo en las dos primeras horas de vida del pequeño. El calostro, ese primer líquido que sale de las glándulas mamarias, ayuda al niño a acostumbrarse a esa forma de comer y es una fuente rica en sustancias protectoras contra muchas enfermedades. Además, en las maternidades de los hospitales del SAS entregan a los padres publicaciones que recogen la relevancia de la alimentación maternal, aunque algunas mujeres se desesperen porque no han hecho un cursillo para dar de mamar o el que hicieron no saben practicarlo. Otras se agobian porque no tienen pecho, algo por lo que no se deben sentir culpables, ya que para esos casos existe la alimentación artificial.

"La lactancia materna había perdido peso en los últimos años ante la mayor publicidad de los biberones", señalan desde el colectivo Almamar, integrado por un grupo de madres, familiares y profesionales sanitarios que se reúnen los terceros martes de cada mes en el centro cívico de Lepanto para fomentar la lactancia materna en Córdoba. La incorporación de lleno de la mujer a la vida laboral ha favorecido la sustitución de la lactancia materna por el biberón, debido a que muchas madres tienen muy complicado compaginar la alimentación natural con su trabajo, sobre todo en la empresa privada.

El mejor espectáculo

Con el objetivo precisamente de informar de los beneficios de esta práctica, ayer el grupo Almamar organizó una tetada pública en Gran Capitán, una representación digna del Gran Teatro, para defender que cualquier espacio es válido para alimentar a un hijo. Con esta manifestación, "de paso criticamos la falta de apoyos para que la mujer compatibilice la lactancia con su vida normal, ya que sería necesario que la baja maternal durase al menos seis meses y que hubiera lactarios en las grandes superficies comerciales, restaurantes o centros culturales", señaló Olga Cano.

"Ya han sido varias mujeres las expulsadas de museos por darle de mamar a sus hijos dentro de estos recintos o las que se ocultan, como si hiciesen algo malo, en los vestuarios de los comercios porque ni en los mejores hipermercados hay un espacio para la lactancia materna. Además, a quien nos acusa de exhibicionistas le diría que a nosotras no nos gusta dar el pecho en invierno por el frío en plena calle", añadió esta madre.

Excedencia obligada

Muchas mujeres, como es el caso de Elena, enfermera de profesión, "optamos por tomarnos una excedencia para estar seis meses con la lactancia materna como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) y así fomentar el vínculo madre-hijo".

Los beneficios de la lactancia materna se pudieron comprobar ayer en el bulevar. Desde recién nacidos hasta niños de más tres años, con un aspecto más que saludable, merendaron con la comida que nacía de sus mamás. Las ventajas de la lactancia materna son también para las progenitoras. Les ayuda a recuperarse tras el parto y reduce el riesgo de patologías graves como el cáncer de mama.

Rocío, una de las impulsoras de Almamar, tuvo a su hija Ana hace tres años y la sigue amamantando, incluso durante el embarazo de su segundo hijo, Darío, de apenas dos meses. Ayer, dándole el pecho a sus dos pequeños a la vez Rocío era la viva estampa de la generosidad, de una fuente de alimento, que además de saludable, es gratuito. Lo tiene todo. "Nos están llamando desde toda la provincia preguntando por nuestra iniciativa. Nuestro teléfono es el 660-117995 y el correo electrónico almamar.grupodeapoyogmail.com", destaca Rocío.

En hospitales como el Reina Sofía hace más de un año que se habilitó un lactario en que las mujeres que tienen un hijo pueden darles el pecho o extraerse la leche. También puede ser usado por las profesionales del centro que, tras incorporarse a su trabajo, siguen con la lactancia, explicaron desde el hospital.

Definitivamente, en pleno siglo XXI ha llegado la etapa de la reconquista de la lactancia materna. Dentro de esta batalla , las matronas reivindican su papel. María José González, de la asociación que agrupa a estas profesionales, solicitó que se implante esta figura en todos los centros de salud de Córdoba, "pues muchas mujeres abandonan la lactancia materna por falta de apoyo y conocimiento y nosotros podemos orientarlas para que mejoren la técnica de dar el pecho. Nuestro papel no se limita solo al parto". Todos unidos para recobrar la nutrición más sana.