El puente califal Cañito de María Ruiz va a poder recuperarse sin que en torno a él haya ocurrido tragedia patrimonial alguna. Hace algunos años se recuperó el de Los Nogales, un puente ubicado cerca de Medina Azahara y que formaba parte de la red de caminos que unían Córdoba con la ciudad palatina de Abderramán III. Pero en aquella ocasión la restauración se llevó a cabo por la presión que produjo la destrucción del puente abandonado a su suerte y porque unos individuos decidieron llevarse los sillares del mismo para construir tapias de chalés. Intervino la policía, se detuvo a los culpables y la Junta de Andalucía decidió acometer las obras de restauración. En esta ocasión la única presión existente ha sido el deterioro constante de este puente en desuso que salva el arroyo de Cantarranas cerca de su desembocadura, es decir, junto a Casillas, muy cerca del río Guadalquivir. El iniciar los trámites de la restauración es sólo un paso previo para acometer las obras. Aunque el propósito es indudablemente serio, pues ya se han hecho los estudios arqueológicos y el proyecto, que debe presupuestarse e iniciarse. Seguramente en los próximos meses se inicien las obras y Córdoba cuente para el año próximo con un espléndido puente del siglo X, que indica la importancia de los caminos califales hace más de diez siglos, caminos que dejaron de usarse cuando Medina Azahara desapareció. Este tipo de monumentos son esenciales para seguir reconstruyendo la apasionante historia de Córdoba.