Todos los grupos parlamentarios, salvo el PP, rechazaron ayer el proyecto de Presupuestos del Estado para 2017, unas cuentas que incluso Ciudadanos, a pesar de haberlas apoyado en el Congreso «por responsabilidad», tildó de «raquíticas». El pleno del Parlamento acogió ayer un debate sobre el proyecto de Presupuestos Generales del Estado, en el que todos los grupos políticos repitieron sus argumentos sin que se haya logrado una posición «unánime» de Andalucía para hacerla valer en el Congreso durante el trámite de enmiendas parciales.

Al inicio de su intervención en el debate, la consejera de Hacienda, María Jesús Montero, dijo que su aspiración era conseguir «una posición unánime para que la voz de Andalucía se escuche con un único eco· en la Cámara Baja, aunque aseguró que el Gobierno andaluz «combatirá» las cuentas con los «instrumentos democráticos» que tenga a su alcance.Tras denunciar que las secciones presupuestarias pactadas con los partidos nacionalistas incrementan las desigualdades, negó que, como dijo el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, el rechazo a las cuentas se deba a «razones políticas ajenas al proyecto», y lo justificó por el mantenimiento de la política de austeridad «para los más vulnerables de la sociedad».

MEJORÍA ECONÓMICA / Montero lamentó que los presupuestos «renuncien a trasladar la incipiente mejoría económica a la ciudadanía» frente a lo que ha defendido la necesidad de impulsar un nuevo modelo, cuyo principal objetivo sea «el bienestar y un crecimiento que se pueda repartir entre todos los ciudadanos, que necesitan recuperar los derechos». Recalcó que no es verdad que se incrementen las entregas a cuenta a Andalucía, pues de los 857 millones que recibirá Andalucía «se perderán 375 millones si no hay compromiso de flexibilización» de la regla de gasto.

Se ha quejado además de que Andalucía es la única comunidad que verá recortados los fondos de las Políticas Activas de Empleo, al tiempo que denunció que el Gobierno no cumple lo establecido en la Ley de Dependencia respecto a su financiación, mientras que en la inversión «vuelven a darle la espalda a Andalucía, con 668 millones de euros menos que el año anterior».

El portavoz del PP, José Antonio Miranda, argumentó que son los presupuestos que España «se puede permitir» y aseguró que están pensados para «resolver los problemas» de los españoles, tras lo que corroboró que son «una continuación de la política económica del Gobierno», momento en que aprovechó para recordar que España ha crecido en 2016 casi el doble de la media de la UE. Entre las «bondades» de las cuentas, resaltó que prevén un gasto social de 326 millones de euros, una cifra «récord», que un 60% del presupuesto de Educación se destina a becas y que se deja en manos de las familias y las empresas 12.000 millones de euros por la rebaja de los impuestos.

CUENTAS ENVENENADAS / La portavoz de Podemos, Carmen Lizárraga, afirmó que los presupuestos están «envenenados para Andalucía», que consolidan los recortes de los años anteriores y que «traen más de lo mismo».

El portavoz de Ciudadanos, Carlos Hernández, coincidió en que los presupuestos son «raquíticos» en cuanto a las infraestructuras para Andalucía y quiso dejar «muy claro» que éstas no son las cuentas de su formación, como tampoco lo son las de Andalucía, pero son una «herramienta necesaria, aquí y en Madrid».

La portavoz de Izquierda Unida, Elena Cortés, ha denunciado que Andalucía «pierde peso» en las inversiones, con un descenso del 36% y, tras denunciar la actitud del Gobierno central, criticó también al PSOE por «apoyar el techo de gasto», y a Ciudadanos por apoyarlas.

El portavoz del PSOE, Jesús María Ruiz, dijo que las cuentas son «injustas, truculentas y están falseadas», al tiempo que denunció que «castigan y maltratan» a Andalucía.