28 de agosto: 4.700 m. Campo Base del Sajama

Han sido cinco horas de viaje en todo terreno por buena carretera hasta llegar al pueblo de Sajama, muy cerca de la frontera chilena. Además del Sajama, de 6.530 metros de altitud, tenemos frente a nosotros la vista privilegiada del Parinacota y el Pomarata, otros dos seismiles fronterizos y volcanes.

Al pueblo de Sajama se le nota la historia colonial aunque algo abandonada. Este pueblo es la entrada al parque nacional del Sajama. Todo el recorrido hasta llegar ha sido desierto y los alrededores del Sajama más aún. Arena negra volcánica y pequeña vegetación.

Nos introducimos por pistas hasta la zona noroeste donde el bosque de keñuas (pequeños arbustos que crecen milagrosamente y que algunos de ellos deben de ser centenarios por el tronco y la envergadura) se extiende hasta llegar al campo base que se sitúa al pie de la misma pared norte toda vertical, al lado de un pequeño venero, casi con toda seguridad el único de esta zona. Hemos empezado a tragar polvo desde que dejamos el todoterreno sobre los 4.000 metros. Con mulas y dos horas de marcha nos hemos instalado en este base inhóspito, que por su tremenda sequedad e incomodidad me recuerda al campo base chino, en la aproximación por el Tibet del Cho Oyu, en la primavera del 2001.

29 de agosto: Campo 1, 5.700 metros.

Mil metros de subida por un pedregal escurridizo tragando polvo. Todo, absolutamente todo, está lleno de tierra. El viento empezó a media mañana y lleva todo el día castigándonos. Los sacos de dormir, las mochilas, las cámaras de fotos, la boca, la comida..., todo tiene tierra. La fuerza del viento es tal que las tiendas de campaña revientan sus tensores cada cierto tiempo amenazando con salir volando con nosotros dentro. Tenemos que semienterrarnos con piedras lo más grandes posible para que resistan los golpes del viento.

El Campo 1 del Sajama está en una cornisa con pequeñas terrazas, poco antes del comienzo de la nieve. No es que sea un lugar muy acogedor pero desde aquí parece que el acceso a la cumbre (casi mil metros) está cercano y es posible. Sin embargo si no remite el viento, no sólo no será posible subir mañana, sino que puede ser que bajar se convierta en el principal objetivo.

30 de agosto: Campo 1 del Sajama

A las 2 de la mañana han reventado más vientos. El aire sigue siendo peligroso, superando los 100 km/hora las rachas más fuertes. A las 4 de la mañana el viento desgarra definitivamente las dos tiendas que tenemos que anclar a grandes piedras con las cuerdas de escalada y a toda la estructura. Definitivamente sólo esperamos que se haga de día para poder bajar.

Al amanecer se confirma que no es día de cumbre y todas las expediciones bajan al Campo Base. Descubrimos que no sólo nuestras tiendas de campaña han reventado. Todo el mundo recoge y comienza la retirada. El Sajama tendrá que esperar.

Conclusiones de la expedición

Casi 6000 metros de desnivel acumulado en varias semanas han constituido un auténtico reto para nuestra resistencia. El laberinto glaciar, la escalada vertical, las condiciones de la nieve y las montañas, el cansancio acumulado, la tremenda sequedad en el ambiente de estas montañas tan peculiares y extraordinarias. La buena compenetración del equipo y su capacidad de adaptación a las circunstancias que nos hemos ido encontrando. Todo esto supone haber conseguido el objetivo previsto de adquirir unos conocimientos técnicos y una madurez necesaria para la evolución de los equipos deportivos de montaña que se están conformando en la provincia de Córdoba y de los que avanzan decididamente. Tal vez hayamos asistido como testigos privilegiados a los últimos días de los glaciares de estas montañas.